El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, canceló su programa electoral de los últimos dos días por razones de salud, tras interrumpir, de forma inesperada y breve, una entrevista televisada en directo.
El dominante líder turco, de 69 años de edad, ha estado de baja desde que se sintió mal mientras realizaba una entrevista televisiva en directo el martes por la noche, en uno de los momentos más vulnerables de sus dos décadas de gobierno.
Erdogan había estado haciendo campaña incansablemente para conseguir una de sus típicas victorias por la mínima en las elecciones parlamentarias y presidenciales del 14 de mayo.
Sin embargo, durante la entrevista se mostró decaído y la interrumpió en mitad de una pregunta a los 10 minutos de empezar.
La cámara tembló y la pantalla se quedó en blanco antes de ir a una pausa publicitaria. Antes del breve corte de la emisión, los espectadores oyeron cómo personas que estaban en el entorno del mandatario exclamaban “¡Oh, no!”.
Erdogan volvió unos 15 minutos después y se disculpó por haberse puesto enfermo.
Dijo que había contraído una “gripe estomacal” mientras viajaba entre cinco ciudades para dar mítines de campaña y presentar proyectos públicos el lunes y el martes.
La ministra de Sanidad, Derya Yanik, declaró el jueves a la televisión turca que Erdogan se estaba recuperando.
“No hay nada de qué preocuparse. Está bien”, declaró. “Reanudará su intenso programa mañana, creo”.
Videoconferencia con Putin
Este jueves Erdogan intentó compensar su ausencia de la campaña electoral inaugurando por videoconferencia una central nuclear construida por Rusia.
En su intento de proyectar salud y vigor, también habló con el Presidente ruso, Vladimir Putin, a quien agradeció por la central.
Durante el acto su oficina compartió las primeras fotos en dos días del mandatario en su oficina y rodeado de asesores.
La esperada conexión por videoconferencia de Erdogan con Putin desveló un proyecto que Rusia comenzó a construir en 2018.
La construcción de la planta de Akkuyu, en la costa sur de Turquía, se ha visto complicada por las sanciones que Occidente impuso a Rusia por su invasión de Ucrania.
Erdogan ha sido uno de los pocos líderes mundiales que ha mantenido buenas relaciones con Putin, negándose a suscribir las sanciones occidentales a Rusia e intentando mediar para poner fin a la guerra.
Desinformación
Pero el susto de salud ha trastocado la agenda de viajes de Erdogan y ha complicado su camino hacia una tercera década de gobierno.
Erdogan es conocido por su afición a las campañas y por abrazar las luchas políticas.
Las encuestas le sitúan a la par o perdiendo frente al líder de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, en las elecciones más trascendentales de Turquía en décadas, si no de toda su historia postotomana.
Kiliçdaroglu lidera los sondeos con un 47,5 por ciento de la intención del voto, una ventaja de más de tres puntos frente al 44,4 por ciento de Erdogan.
Si ninguno de ellos supera el 50 por ciento el 14 de mayo, los electores deberán volver a las urnas dos semanas más tarde para elegir en una segunda vuelta a su presidente.
El control parlamentario de su partido, de raíz islámica, mediante una alianza con un grupo de extrema derecha, también está amenazado.
Erdogan había utilizado sus discursos de campaña para lanzar venenosas púas contra la oposición y presentarse como un hombre que hace el trabajo.
Esa imagen se ha tambaleado, y su oficina está contraatacando.
El poderoso director de medios de comunicación del presidente, Fahrettin Altun, publicó en Twitter capturas de pantalla de medios de comunicación estatales chinos y de algunas cuentas populares que especulaban con que Erdogan había sufrido un ataque de corazón y su estado era más grave de lo que se había informado oficialmente.
“Rechazamos categóricamente tales afirmaciones infundadas sobre la salud del presidente Erdogan”, escribió Altun.
“Ninguna cantidad de desinformación puede discutir el hecho de que el pueblo turco está con su líder y Erdogan y su Partido AK están listos para ganar las elecciones del 14 de mayo”.
Secreto guardado
Los rumores sobre la salud de Erdogan se han arremolinado desde que se sometió a dos operaciones gastrointestinales en 2011 y 2012.
Las operaciones salieron bien, pero le dejaron una ligera molestia que parece haber alimentado parte de las especulaciones en las redes sociales.
Turquía no hace públicos los resultados de los exámenes médicos de sus dirigentes y considera ilegal “insultar al presidente”.
Miles de personas han sido procesadas por este delito, castigado con una multa o una pena de cárcel de hasta cuatro años.
Los principales líderes de la oposición turca tuitearon rápidamente mensajes deseando a Erdogan una pronta recuperación.
Una entrevista del presidente este jueves por la noche de forma conjunta con varias grandes emisoras turcas ha sido cancelada, informa el diario turco Cumhuriyet.
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