Ucrania echa este miércoles la vista 37 años atrás para recordar el desastre nuclear de Chernobyl, considerado el peor de la historia, y advertir del riesgo que persiste a día de hoy por la ofensiva militar lanzada por Rusia en febrero de 2022. Para el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, las fuerzas rusas utilizan la táctica del “chantaje”.
“Hace 37 años, el accidente en la planta nuclear de Chernobyl dejó una cicatriz enorme en todo el mundo”, ha recordado el mandatario en su cuenta de Twitter, en alusión a una explosión que propagó en 1986 una nube radioactiva en gran parte de la extinta Unión Soviética y que supuso la exposición de más de ocho millones de personas.
El régimen soviético no reconoció hasta el año siguiente la necesidad de ayuda internacional por un accidente cuyas consecuencias efectivamente persisten a día de hoy y siguen siendo visibles en la zona de exclusión. Nadie ha vuelto a Prípiat, el pueblo más cercano, y la ‘zona cero’ de la central permanece cubierta por un sarcófago.
Según la cifra oficial de fallecidos, reconocida por la comunidad internacional, solo 31 personas murieron como resultado inmediato de la explosión, mientras que la ONU estima que solo 50 muertes pueden atribuirse directamente al desastre. En 2005, no obstante, anticipó que un mínimo de 4.000 podrían haber fallecido como resultado de la exposición a la radiación.
El temor a un nuevo desastre se disparó en 2022, después de que las fuerzas rusas tomasen algunas de las principales centrales de Ucrania tras lanzar la invasión. En las primeras semanas llegaron a controlar la central de Chernobyl --en concreto del 24 de febrero al 31 de marzo--, si bien a día de hoy el enclave que más preocupa está en la parte este del país, el principal frente de combate.
Los rusos controlan desde principios de marzo la central nuclear de Zaporizhia, que con seis reactores está considerada la mayor de Europa. Durante este último año, ha sufrido cortes eléctricos frecuentes y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha avisado de que depender tan a menudo de generadores de emergencia es jugar con fuego.
“Debemos hacer todo lo posible para prevenir que el Estado terrorista utilice instalaciones nucleares para chantajear a Ucrania y al mundo”, ha enfatizado Zelensky este miércoles. El presidente ucraniano reclama la retirada de Rusia de todas las zonas ocupadas, si bien desde Moscú no contemplan concesión alguna.
El OIEA, teórico garante global de cuestiones de seguridad relativas a temas nucleares, mantiene una misión permanente en la central de Zaporizhia, pero no ha logrado que las partes en conflicto pacten una zona de seguridad en torno a estas instalaciones para evitar cualquier potencial accidente.
El director general de la agencia, Rafael Grossi, advirtió la semana pasada de que está “profundamente preocupado” por la situación en torno a la central nuclear de Zaporizhia, en cuyas inmediaciones el personal de la agencia sigue detectando explosiones frecuentes que, en ocasiones, evidencian “intensos bombardeos”.
(Con información de Europa Press)
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