El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció esta semana que su país comenzará a producir leche de vaca sin la utilización de animales.
Netanyahu dio a conocer la noticia en su visita a Steakholder Foods, una empresa fabricante de productos cárnicos cultivados. El primer ministro probó allí pescado cultivado estructurado e impreso en 3D y carne cultivada elaborada a partir de células animales cosechadas éticamente.
“Lo que han visto ahora es pescado sin pescado y carne de res sin ganado. En poco tiempo, leche sin leche de vaca. Esto significa que en Israel muchas empresas se especializan en la producción de proteínas alternativas. Es una revolución global”, precisó el mandatario en la sede de Steakholder Foods, en Rehovot.
El gobierno israelí no detalló cuál será la empresa encargada de producir la leche de vaca cultivada, pero medios locales afirman que la elegida es Remilk.
La multinacional israelí se especializa en la producción de leche cultivada y productos lácteos. Fundada en 2019 por Aviv Wolff y Ori Cohavi, ha desarrollado un método de fermentación basado en levaduras para fabricar proteínas lácteas con un compuesto químico idéntico al de la leche producida tradicionalmente por las vacas.
“El arte de Remilk reside en el milagro de la fermentación. La fermentación se ha utilizado durante generaciones para elaborar diversas bebidas y alimentos, como la cerveza y el pan, y consiste en utilizar el poder de la naturaleza (y la levadura) para crear alimentos deliciosos y sostenibles. Ahora estamos aprovechando el mismo poder de fermentación utilizado para producir alcohol y masa madre, para producir los fundamentos de nuestro sistema alimentario: las proteínas”, explica Remilk en su sitio web.
La empresa copia el gen responsable de la producción de proteínas lácteas en las vacas y lo inserta en la levadura. “El resultado es asombroso. El gen actúa como un manual, indicando a la levadura cómo producir nuestra proteína de forma altamente eficiente”, afirma la compañía.
Luego colocan la levadura en fermentadores, donde se multiplica rápidamente y produce auténticas proteínas lácteas, idénticas a las que producen las vacas, que son los componentes básicos de la leche tradicional. “Estas valiosas proteínas se combinan con vitaminas, minerales, grasas no animales y azúcar (por lo tanto, sin colesterol ni lactosa) para obtener todos los productos lácteos imaginables”, precisa Remilk.
En febrero pasado, la empresa recibió la aprobación regulatoria de la Autoridad Alimentaria de Singapur (SFA) y el reconocimiento por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos de que la proteína de suero de leche sin origen animal de Remilk puede utilizarse con seguridad en productos alimentarios según sus normas GRAS (Generally Recognized as Safe).
“Estamos orgullosos de estas aprobaciones regulatorias y esperamos seguir centrándonos a nivel mundial en desbloquear el futuro de la alimentación”, declaró el cofundador y CEO de la compañía, Aviv Wolff.
En 2022, Israel fue el segundo país que más dinero invirtió en proteínas alternativas, después de Estados Unidos. Las startups israelíes en el campo recaudaron alrededor de 54 millones de dólares en capital, según un informe del Good Food Institute, una organización internacional sin fines de lucro que busca promover la investigación y la innovación en tecnología alimentaria.
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