El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) está “profundamente preocupado” por el aumento de los combates en torno a la planta atómica ucraniana de Zaporizhzhia y la posible escalada que podría desencadenar en el lugar la esperada contraofensiva de Ucrania.
Los expertos de la misión del organismo que se encuentran en Zaporizhzhia, la mayor central nuclear de Europa, “han escuchado bombardeos casi todos los días durante la última semana”, explica el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, en un comunicado publicado en la noche del viernes a este sábado.
Incluso en un determinado momento, a los expertos internacionales “se les pidió que buscaran un refugio”, añade.
Situada en el óblast (provincia) homónima del sudeste de Ucrania, la planta de Zaporizhzhia (ZNPP) fue ocupada por las tropas rusas en marzo de 2022.
Tras la anexión ilegal de la región por parte de Rusia en septiembre, está controlada por una corporación gestionada por el operador ruso Rosatom, si bien permanecen en la central algunos técnicos ucranianos a quienes se les ha ofrecido nuevos contratos.
La planta ha sido objeto de periódicos bombardeos que en varias ocasiones han causado cortes de electricidad, durante los que se activó el abastecimiento de emergencia con generadores diésel.
Aunque por precaución todos los reactores están apagados, el OIEA considera que sigue habiendo un elevado riesgo de accidente nuclear, por lo que ha instado a las dos partes a crear una zona desmilitarizada en torno a la instalación.
La preocupación de los expertos ha aumentado ante la esperada contraofensiva de Ucrania para recuperar sus territorios.
“Vi claros indicios de preparativos militares en la zona cuando visité la central nuclear de Zaporizhzhia hace poco más de tres semanas”, indica Grossi en el comunicado.
“Desde entonces, nuestros expertos en el lugar han informado con frecuencia de que han oído detonaciones, que en ocasiones sugieren intensos bombardeos no lejos del lugar. Estoy profundamente preocupado por la situación en la central”, subraya.
Preocupa también que una reducción del personal y la ausencia de necesarios contratistas externos, así como la falta de piezas de repuesto, están teniendo un impacto negativo en la capacidad de mantenimiento de la central.
“Actualmente, ZNPP solo dispone de una cuarta parte de su personal de mantenimiento habitual”, por lo que “no dispone de un programa sistemático de mantenimiento e inspección en servicio”.
Todo ello “subraya aún más los graves riesgos para la seguridad nuclear a los que se enfrenta la mayor central nuclear de Europa durante el conflicto militar, en un momento en el que aumentan las especulaciones sobre inminentes ofensivas y contraofensivas militares en la región del sur de Ucrania”, destaca Grossi.
Las autoridades ucranianas informaron el miércoles que derribaron seis drones lanzados por Rusia contra la provincia de Zaporizhzhia. Seis de esos aparatos eran Shaheds iraníes.
Los Shahed-136 son unos drones autoexplosivos de producción iraní que pueden ser programados para volar automáticamente hasta unas coordenadas GPS previamente indicadas donde hacen estallar su carga.
La industria de drones rusa se vio afectada por las sanciones internacionales lo que, unido a la neutralización de numerosos aparatos desde el inicio de la guerra, ha llevado a Moscú a importar estos artefactos desde Irán.
(Con información de EFE y AFP)
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