Tras el visto bueno del Consejo Constitucional a la reforma previsional, una ley ampliamente rechazada por los franceses, el Presidente de la República, Emmanuel Macron, ha quedado sumergido en una impopularidad que arriesga su mandato al frente del Palacio del Elíseo. Un margen estrecho de gobernabilidad cuando la cólera social parece no sosegar.
Para el Jefe de Estado, luego del proyecto que impulsó para cambiar el sistema de retiro, la tarea será rescatar un país que puede volverse incontrolable. Macron comenzará en días el segundo año de su segunda administración con la autoridad erosionada. Una nación viviendo un momento catártico con franceses dispuestos a hacer notar su descontento.
Luego de la intervención del Presidente en la televisión francesa, la Primera Ministra Elisabeth Borne será la encargada de lanzar los “tres proyectos prioritarios” enumerados en la alocución de Macron. Ellos “constituyen la hoja de ruta que se detallará la próxima semana”, ha anunciado la jefa de los ministros.
En su discurso, el inquilino del Palacio del Elíseo se dio a sí mismo “cien días” para actuar “al servicio de Francia”. Macron intentará superar la crisis provocada por su reforma impulsando “un nuevo pacto de vida laboral”. Además, el Presidente se comprometió en particular a abordar temas tan sensibles como la inmigración ilegal, el fraude social y fiscal.
Borne deberá tener estos proyectos dentro de los tres meses próximos, una vez sean establecidos por el Consejo de Ministros. Unos pocos días para desarrollar ideas y ejes previstos por el Ejecutivo para este plan de “rescate”.
Para algunos analistas, el gobierno torpemente se ha puesto un plazo. Una suerte de corsé, cien días, tiempo de una fase dinámica que se da en el inicio de un mandato presidencial. El mensaje subliminal, al menos marca el diario Le Monde es, por tanto, especialmente complejo: “todo empieza hoy, pero todo puede acabar mal”
El ministro delegado de Cuentas Públicas, Gabriel Attal, declaró el martes en France Inter que “lo que el presidente le está pidiendo al gobierno (...) finalmente es seguir construyendo un plan Marshall para las clases medias en los próximos meses”. “Medidas para ayudarlos a vivir mejor de su trabajo”, agregó.
Otro de los puntos es un “pacto vida laboral” para mejorar las condiciones en el mundo del trabajo. Este es un tema que se espera surja del nuevo intercambio entre el gobierno y los sindicatos. Sin embargo, las organizaciones gremiales no aceptan la convocatoria del ejecutivo, por el contrario, insisten que su lucha continuará en las calles y no negociarán en los despachos. El Jefe de Estado ofreció a los agentes sociales “hasta finales de este año” para proponer ideas y negociar estas propuestas.
Desde el ministerio del interior que conduce Gérald Darmanin se afina un proyecto sensible: la lucha contra la inmigración ilegal. En ese sentido, el funcionario adelantó que desea retomar el examen de “un proyecto de ley fuerte” para combatir los ingresos ilegales, iniciativa en la que trabajaba pero que fue suspendida a fines de marzo por Macron.
El titular del interior es uno de los personajes más cuestionados del gabinete. Además, es el encargado del manejo de las fuerzas de seguridad las cuales han sido observadas por ciertos abusos en el marco de los operativos para disuadir las violentas manifestaciones. Por eso, deberá buscar difíciles apoyos parlamentarios para consensuar un proyecto y que no genere más tensiones políticas a las actuales.
También se prevé un programa de lucha contra el fraude social y la evasión fiscal. Attal anunció que presentará “en las próximas semanas” un plan de lucha contra el fraude en todas sus formas, fiscal y social, “con medidas contundentes” , como la duplicación de la plantilla de la Dirección de Investigación Judicial Financiera (SEJF), actualmente compuesto por 266 investigadores según el sitio web de la Aduana.
Otra estrategia se dirige a disminuir el fraude impositivo, en particular mediante la aceleración de la facturación electrónica para las empresas. “Nuestros compatriotas están hartos del fraude”, argumentó el ministro de Economía, Bruno Le Maire, sobre el fraude social, denunciando a aquellas personas que “pueden beneficiarse de las ayudas sin tener derechos”
Dos aspectos más abarca el desafío planteado por Macron. El primero, políticas que garanticen un mejor acceso a los servicios públicos. El segundo, acciones que aceleren la reforma de las escuelas secundarias vocacionales. Sobre el tema de esta reforma iniciada el año pasado, después de la elección presidencial, el Presidente de la República declaró a las organizaciones empresariales y educativas que buscaba el diálogo para encontrar un proyecto común y concreto.
Mientras esta “carta de navegación” se esboza, retomar el contacto directo, como se ha propuesto Macron con los ciudadanos, no es tarea amigable. El jefe de Estado, abucheado el miércoles en el Bajo Rin, es recibido de manera hostil en la mayoría de los encuentros.
Macron llegó el jueves al colegio Louise-Michel en Ganges, en Hérault. Cuando se escuchaba a los manifestantes que se oponían a la reforma de las pensiones, el jefe de Estado aseguró ante la prensa: “Los huevos y las cacerolas son para cocinar”.
Consultado por un periodista sobre la posibilidad de ir a discutir con los manifestantes, finalmente el Presidente respondió: “Claro, si la gente está dispuesta a intercambiar. Si la gente está dispuesta a tirar cosas o hacer ruido, no vale la pena”
Borrar la crisis de las pensiones no será sencillo. Tampoco saber si este contorno de “cien días de apaciguamiento, unidad y acción al servicio de Francia”, como lo planteó Macron a la nación, vencerá la resistencia que parece confirman los franceses.
Tras la intervención de Emmanuel Macron, la primera desde la entrevista concedida el 23 de marzo a France 2 y TF1 , Elisabeth Borne será la encargada de lanzar los “tres proyectos prioritarios” enumerados el lunes por la noche. Ellos “constituyen la hoja de ruta del Gobierno que el presidente del Gobierno detallará la próxima semana” , ha anunciado el Jefe de Estado.
Por lo tanto, esto prefigura anuncios en varias áreas, como lo confirmó Elisabeth Borne el lunes por la noche. “Presentaré la hoja de ruta de mi gobierno la próxima semana “, tuiteó, como una segunda declaración de política general.