En la última escala de una gira por países aliados de América Latina, el canciller ruso Serguei Lavrov inició el jueves una serie de reuniones en Cuba, durante décadas la más cercana socia de Moscú en este lado del Atlántico.
Lavrov fue recibido por su homólogo isleño Bruno Rodríguez y se encontró con el dictador Miguel Díaz-Canel.
El dirigente ruso “condenó el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos (a la isla) y se manifestó contra la intención de esa potencia de imponer su voluntad al mundo”, indicó en un breve despacho el portal oficial Cubadebate.
Por su parte, Rodríguez rechazó lo que llamó las aspiraciones expansionistas de la OTAN y las sanciones impuestas a Rusia, según el mismo despacho.
Lavrov comenzó su agenda oficial con la colocación de una ofrenda floral frente a una estatua del líder independentista cubano José Martí.
El canciller ruso llegó a La Habana la noche del miércoles procedente de Nicaragua. Antes había estado en Venezuela y Brasil, donde comenzó su gira esta semana.
Cuba tiene una amplia relación con Moscú desde los años 60, cuando se incorporó al bloque de países socialistas que lideraba la entonces Unión Soviética. A lo largo de 30 años Cuba recibió de ese grupo de países todo tipo de apoyo -como maquinaria pesada, fertilizantes o los populares automóviles Lada que todavía recorren las calles de la isla- a cambio, sobre todo, de envíos de azúcar.
Actualmente junto con Venezuela es uno de los pocos proveedores de petróleo para la isla, que atraviesa una dura crisis energética. Se desconoce la cantidad de crudo ruso vendido o los términos de los acuerdos en la materia.
Precisamente en noviembre Díaz-Canel estuvo en Moscú con una extensa comitiva de negocios y ese fue uno de los ejes de su viaje.
Apenas dos semanas atrás se confirmó que las tarjetas del sistema ruso de pago Mir ya estaban habilitadas en los bancos de la isla, convirtiendo rublos en pesos cubanos y generando facilidades también a los turistas de la nación euroasiática que hasta la guerra en Ucrania se habían convertido en unos de los principales emisores hacia la isla.
La Mir es actualmente aceptada en países aliados o vecinos de Rusia como Turquía o Vietnam y su uso se fomentó ante las limitaciones impuestas por los plásticos estadounidenses para las liquidaciones electrónicas. La tarjeta es operada por el estatal Sistema Nacional Ruso de Pagos con Tarjetas.
Desde los años 60 miles de profesionales cubanos estudiaron en la antigua Unión Soviética, incluidos muchos militares y pilotos, y Cuba formó parte del antiguo Consejo de Ayuda Mutua Económica (Came).
Muchos recuerdan la crisis de los misiles en 1962 que estuvo a punto de provocar una tercera guerra mundial enfrentando a Washington y Moscú y tuvo por escenario protagónico a Cuba.
Hasta entrados los 90 y ya desmembrada la Unión Soviética siguió funcionando en la isla la Estación Radioelectrónica de Lourdes, en las afueras de la capital y considerada públicamente por Rusia como vital para la recopilación de información de inteligencia. Unos 1.500 técnicos y militares soviéticos llegaron a trabajar allí y fue desmantelada en 2002, según informó el Ministerio de Defensa ruso.
Tras el desmembramiento del Came hubo una casi paralización de los intercambios, pero la cooperación entre Cuba y la antigua Unión Soviética dejó una deuda económica de La Habana con Moscú por unos 35.000 millones de dólares que no fue pagada. En 2014 Vladimir Putin condonó el 90% de la misma.
En los últimos años resurgió un impulso en el comercio bilateral y los nexos políticos, sobre todo de frente a la hostilidad de Estados Unidos hacia ambos países.
(Con información de AP)
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