Los combates entre las fuerzas leales a generales rivales continuaban el miércoles en Sudán por quinto día luego del rápido colapso de una tregua con mediación internacional. Naciones Unidas señaló que la cifra de fallecidos subió a al menos 270 desde el inicio de los choques durante el fin de semana.
Los tiroteos continuados, los ataques de artillería y aéreos sacuderon la capital, Jartum, y la ciudad de Omdurmán, en la otra orilla del Río Nilo. Los residentes reportaron enfrentamientos alrededor de los cuarteles militares y cerca del aeropuerto internacional.
“Las batallas se han intensificado por la mañana tras tiroteos esporádicos durante la noche”, dijo Tahani Abass, un destacado activista proderechos que vive cerca de las dependencias militares.
El alto el fuego de 24 horas debía estar vigente entre el anochecer del martes y el del miércoles, y dos bandos se comprometieron públicamente a respetarlo. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló con ambos generales. Su fracaso a la hora de pausar los combates al menos un día, pese a la presión diplomática de alto nivel, sugiere que ambos buscan una victoria militar y eleva la posibilidad de un conflicto más largo.
Los sudaneses en la capital y en otras ciudades han estado escondiéndose en sus casas, atrapados en el fuego cruzado mientras las fuerzas rivales golpeaban áreas residenciales con artillería y ataques aéreos y se enzarzaban en balaceras callejeras.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Ghebreyesus, dijo que al menos 270 personas han perdido la vida y más de 2.600 resultaron heridas desde el inicio de los choques el sábado, pero no ofreció datos concretos sobre la cifra de civiles y combatientes muertos. El Sindicato de Doctores de Sudán, que monitorea la cifra de víctimas, señaló el martes que al menos 174 civiles fallecieron y que había cientos de heridos.
Pero se cree que la cifra es mucho más alta ya que los combates han impedido llegar a los cadáveres que siguen tendidos en las calles. Docenas de centros de salud próximos a los enfrentamientos en Jartum y en otras zonas conflictivas en todo el país han dejado de funcionar, bien porque sufrieron daños o porque tuvieron que ser evacuados por motivos de seguridad.
El conflicto entre las fuerzas armadas, lideradas por el general Abdel Fattah Burhan, y un grupo paralimitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido, bajo las órdenes del general Mohammed Hamdan Dagalo, ha vuelto a hacer descarrilar la transición democrática tras décadas de dictadura y guerra civil.
Grupos prodemocráticos y partidos políticos habían alcanzado recientemente un acuerdo con los dos generales, que en 2021 encabezaron juntos un golpe de Estado, pero nunca se llegó a firmar.
Cada bando tiene ya decenas de miles de combatientes repartidos por los distritos de Jartum y Omdurmán. Los aterrados residentes esperaban una tregua lo suficientemente larga como para comprar provisiones o marcharse a zonas seguras. Los combates comenzaron de imprevisto al inicio de la última semana del mes sagrado del islam, el ramadán.
Este es el último capitulo del caos que atraviesa el país desde la revuelta popular que ayudó al derrocamiento del autócrata Omar al-Bashir hace cuatro años.
(con información de AP)
Seguir Leyendo: