Varias explosiones sacudieron este martes la capital de Sudán, país inmerso en el caos tras cuatro días de combates, pese a los crecientes llamados internacionales a cesar las hostilidades que han dejado casi 200 muertos.
En el cielo de Khartoum, los aviones del general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto del país desde un golpe de 2021, intentan imponerse al fuego de los blindados de los paramilitares dirigidos por su número dos, el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como “Hemedti”.
Reunidos en Japón, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 urgieron en su declaración final “detener inmediatamente la violencia (...) y devolver el poder civil a Sudán”.
Su llamado se suma a las de la ONU y Estados Unidos por terminar con las hostilidades, pero los combates continúan con hombres en uniforme de faena y a veces con turbante continúan sembrando el terror en Sudán.
El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken subrayó en conversaciones con los dos generales enfrentados “la urgencia de alcanzar un alto el fuego”.
El general Daglo anunció en Twitter que aprobó un “alto el fuego de 24 horas”, pero el ejército lo desmintió en Facebook al señalar que se trata de “una declaración de la rebelión destinada a ocultar su derrota inminente”.
Los pobladores permanecen en sus casas sin electricidad ni agua corriente y sus reservas de alimento se agotan. Las pocas tiendas de alimentos que están abiertas advierten que no durarán mucho sin abastecerse.
Hospitales en apuros
Al menos dos hospitales de la capital fueron evacuados “mientras los cohetes y las balas acribillaban sus paredes”, alertaron los médicos, que afirman haberse quedado sin bolsas de sangre y sin material sanitario.
Además, numerosas oenegés y agencias de la ONU suspendieron sus actividades ante los saqueos y las “graves vulneraciones” ocurridas contra su personal.
El lunes, un convoy diplomático estadounidense fue tiroteado y el embajador de la Unión Europea fue atacado en su residencia en Khartoum.
Tres empleados del Programa Mundial de Alimentos fueron asesinados y las reservas de ayuda han sido saqueadas en Darfur (oeste).
La ONU contabiliza 1.800 heridos, aunque muchas personas tienen dificultades por llegar a los hospitales por miedo a las balas perdidas o los bombardeos de militares y paramilitares en zonas residenciales.
En Darfur, bastión del general Daglo, Médicos Sin Fronteras dijo que en tres días ha recibido 183 heridos en su último hospital funcional. “La mayoría eran civiles, muchos de ellos niños”, según la oenegé.
Médicos y organizaciones humanitarias advirtieron que en algunas zonas de Khartoum la electricidad y el agua están cortadas y que hay apagones en los quirófanos.
Los pacientes, y sus familias “no tienen comida ni agua”, declaró una red de médicos prodemocrática.
“Burhan está bombardeando a civiles desde el aire, le perseguiremos y le llevaremos ante la justicia”, declaró en inglés el general Daglo en Twitter.
Por su parte el ejército afirmó en Facebook que se está “acercando el momento de la victoria final”.
Combates en toda la ciudad
Resulta imposible saber quién controla qué. Las fuerzas paramilitares aseguraron haber tomado el aeropuerto y entrado en el palacio presidencial, lo que el ejército niega.
Las fuerzas armadas dicen tener en sus manos el cuartel general de su Estado Mayor, uno de los principales complejos de poder de Khartoum.
La televisión estatal emite imágenes y declaraciones del ejército, que afirma haber recuperado terreno en muchos lugares.
“Es la primera vez en la historia de Sudán desde su independencia [en 1956] que hay tal nivel de violencia en el centro, en Khartoum”, declaró a la AFP Kholood Khair, fundador del centro de investigación Confluence Advisory en Khartoum.
La capital “siempre ha sido el lugar más seguro de Sudán” pero ahora “hay combates por todas partes, incluso en zonas densamente pobladas, porque los beligerantes creen que un elevado número de muertos civiles disuadirá al otro bando”, añadió.
Ataque a un convoy de EEUU
Blinken, confirmó este martes un ataque contra un convoy diplomático estadounidense en el marco del conflicto en Sudán entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
“Ayer (lunes), un convoy diplomático estadounidense fue tiroteado. Todas las personas están a salvo”, explicó a los periodistas desde Japón, donde se encuentra en una cumbre de los ministros de Exteriores del G7.
Blinken, que indicó que el incidente está siendo investigado, calificó el ataque de “imprudente, irresponsable e inseguro”, según informó la cadena de televisión ABC.
Todas las amenazas en las que se vieron involucrados nuestros diplomáticos han sido resueltas”, dijo Blinken, quien también evitó dar más detalles sobre un incidente “que está aún bajo investigación para tratar de determinar qué ocurrió exactamente”.
Los primeros reportes indican que el ataque fue responsabilidad de fuerzas asociadas a FAR, según Blinken, quien en las últimas horas había contactado por separado a los comandantes de los dos ejércitos implicados en el conflicto en Sudán para trasladarles que “cualquier ataque de ese tipo es totalmente inaceptable”.
Blinken explicó que habló por teléfono con los responsables de FAR y de las Fuerzas Armadas de Sudán, para pedirles “el cese de todas las hostilidades de manera inmediata y sin poner ninguna condición previa”.
Este llamamiento coincide con otro incluido en la declaración conjunta adoptada este martes por los ministros de Exteriores del G7, y que insta al alto al fuego y al regreso al diálogo en Sudán en los mismos términos.
“Instamos a las partes a que pongan fin a las hostilidades de inmediato y sin condiciones previas. Hacemos un llamamiento para que renuncien a la violencia, regresen a las negociaciones y tomen medidas activas para reducir las tensiones”, recogió la declaración conjunta adoptada al término de la reunión de Exteriores que el Grupo de los Siete celebró en la ciudad nipona de Karuizawa.
(Con información de AFP)
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