El enviado de la ONU a Sudán informó el lunes que al menos 185 personas han muerto en los combates entre fuerzas leales a los dos máximos generales del país. Volker Perthes dijo que más de 1.800 personas han sido heridas en la violencia que estalló la madrugada del sábado.
Perthes destacó además que las partes no parecen estar interesadas en una mediación para lograr el cese de la violencia. “Los dos bandos que combaten no dan la impresión de que quieran una mediación para conseguir la paz”, ha afirmado el responsable alemán en una rueda de prensa por videoconferencia transmitida desde la sede de la ONU en Nueva York.
Desde el sábado 15 de abril, se han producido intensos combates entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) en Jartum y otras partes de Sudán. Muchas personas se encuentran actualmente atrapadas, incluido personal de salud.
En el Hospital Universitario de Jartum, los heridos de las batallas callejeras se agolpaban en las salas. Los suministros se agotaban, y médicos, enfermeras, pacientes y sus familiares llevaban días atrapados en el hospital mientras la capital sudanesa se convertía en una zona de guerra.
A primera hora del lunes, uno de los pabellones resultó gravemente dañado por los bombardeos.
“Nos estamos quedando sin nada”, dijo el Dr. Amin Saad a The Associated Press. “Estamos trabajando con las mínimas capacidades posibles. ... Todos estamos agotados, pero faltan médicos”.
En los lugares en los que Médicos Sin Fronteras (MSF) puede brindar atención médica, la situación es grave: en las últimas 48 horas, la organización ha recibido un total de 136 pacientes heridos en el hospital que apoya en El Fasher, Darfur del Norte. De ellos, 11 han fallecido a causa de sus heridas.
Cyrus Paye, coordinador del proyecto de MSF en El Fasher, dijo: “La mayoría de los heridos son civiles que quedaron atrapados en el fuego cruzado. Entre ellos hay muchos niños. Tienen lesiones de extrema gravedad y, hasta el sábado por la tarde, no había capacidad quirúrgica en este hospital. Todos los demás hospitales en el norte de Darfur han tenido que cerrar, ya sea por su proximidad a los combates o porque el personal no pudo llegar a las instalaciones debido a la violencia”.
El sábado por la tarde, un pequeño equipo de cirujanos de las estructuras de salud que tuvieron que cerrar comenzó a realizar intervenciones quirúrgicas en el hospital. Hasta el momento, han realizado seis cirugías mayores a personas heridas por la violencia.
Sin embargo, el hospital se está quedando rápidamente sin suministros médicos para tratar a los sobrevivientes. Se está quedando sin medicinas y sin sangre para transfusiones. También ha habido un corte de energía en la ciudad desde el comienzo de los combates, y los suministros de combustible para el generador del hospital también se están agotando. Debido al conflicto, el aeropuerto ha estado cerrado desde el sábado y es vital que vuelva a abrir para que puedan traer suministros médicos adicionales y posiblemente un equipo quirúrgico.
En otras regiones del país, y especialmente en los estados de Jartum, Darfur, Kordofán del Norte y Gedaref, los equipos de MSF se enfrentan a serios desafíos. Las instalaciones de MSF en Nyala, Darfur del Sur, han sido saqueadas, incluido uno de sus almacenes. En Jartum, la mayoría de los equipos están atrapados por los intensos combates en curso y no pueden acceder a los almacenes para entregar suministros médicos vitales a los hospitales. Incluso a las ambulancias no se les está permitiendo pasar para recuperar los cuerpos de las personas fallecidas de las calles, o para transportar a los heridos al hospital.
La organización hizo “un llamamiento urgente para que se proteja a la población civil de los ataques indiscriminados y desproporcionados que están teniendo lugar. Instamos a todas las partes en conflicto a garantizar la seguridad del personal médico y los pacientes, para que puedan acceder a los centros de salud sin temer por sus vidas”.
Además, pidieron a todos los que participan en la violencia que respeten al personal médico, las instalaciones de salud y las ambulancias y que protejan la vida de los civiles y los trabajadores humanitarios.
La Organización Mundial de la Salud dijo que muchos hospitales de Jartum informaron de la escasez de “sangre, equipos de transfusión, líquidos intravenosos, suministros médicos y otros productos básicos para salvar vidas.”
El Dr. Ossama al-Shazly, director del Hospital Internacional del distrito de Bahri, en el norte de Jartum, acudió a las redes sociales a última hora del domingo para pedir combustible para mantener en funcionamiento los generadores tras el corte de electricidad en el barrio.
“La situación es muy crítica. Queremos que la gente nos proporcione combustible”, dijo, añadiendo que muchos pacientes necesitaban operaciones y otros estaban en unidades de cuidados intensivos, sin ningún lugar al que evacuarlos.
(Con información de AP)
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