El régimen ruso indicó que el periodista estadounidense Evan Gershkovich está por ahora fuera de cualquier posible canje de presos con Estados Unidos, y adelantó que así seguirá siendo hasta que haya una sentencia firme dictada por un tribunal ruso.
Gershkovich fue detenido en la ciudad de Ekaterimburgo y, pese a las dudas de Washington, Moscú ha subrayado que se trata de un arresto legítimo y que fue pillado “in fraganti”. El periodista, corresponsal del diario The Wall Street Journal, está acusado de espionaje.
El Kremlin suele utilizar este tipo de cartas para negociar un canje con presos encarcelados en Estados Unidos, pero el viceministro de Exteriores, Serguei Ryabkov, aclaró a la agencia TASS que “sólo se considerará un intercambio cuando haya un veredicto judicial con cargos concretos”.
Así, negó que se pueda poner a Gershkovich en el mismo plano que el también estadounidense Paul Whelan, que sí ha sido condenado por espionaje en los tribunales de Rusia.
El viceministro ha señalado también que cualquier posible negociación con Washington se hará de forma bilateral, por los canales habituales y sin mediaciones externas: “Los terceros países no tienen nada que decir aquí”.
Este jueves la cadena Bloomberg informó que el presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó personalmente el arresto de Gershkovich, según personas familiarizadas con la situación.
El respaldo del presidente ruso a la medida refleja la creciente influencia de los intransigentes del Kremlin que presionan para profundizar una confrontación con Washington que consideran irreversible, dijeron las personas, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos que no son públicos.
La detención del reportero de The Wall Street Journal provocó airadas denuncias de Estados Unidos y sus aliados, marcando otro punto bajo en los lazos entre Washington y Moscú, que se han disparado desde la invasión de Ucrania por parte de Putin el año pasado.
“Esto debería ser una verdadera llamada de atención, no solo para Estados Unidos, sino también para Occidente en general”, dijo Alina Polyakova, presidenta del Centro para el Análisis de Políticas Europeas en Washington. “Está indicando que en la mentalidad de Putin no hay vuelta atrás a una relación estable y confiable”.
A medida que la guerra avanza en su segundo año, el Kremlin ha tratado cada vez más de retratarla como una lucha existencial contra una OTAN empeñada en destruir Rusia. Movimientos como la orden de arresto por crímenes de guerra contra Putin emitida por la Corte Penal Internacional el mes pasado solo han profundizado la sensación de los líderes de que no hay espacio para retroceder en un conflicto que se espera que dure años.
Las fuentes señalaron que la iniciativa de arrestar al periodista estadounidense por cargos de espionaje por primera vez en casi 40 años provino de los halcones de altos funcionarios de los servicios de seguridad de Rusia.
Sin embargo, el régimen niega esos señalamientos. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que no fue una decisión de Putin sino “una prerrogativa total de los servicios especiales. Estaban haciendo su trabajo”. Esas agencias, no obstante, reportan directamente al presidente.
(Con información de Europa Press y Bloomberg)
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