El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) investiga a la dueña de una agencia de viajes de Crimea, la península ucraniana anexionada por Rusia en 2014, por poner a disposición de las autoridades rusas los autobuses con que deportaron a un millar de niños de territorios bajo control de Moscú.
”Fue ella quien, de forma voluntaria, aceptó ayudar a los ocupantes a deportar a los niños ucranianos por la fuerza de Kherson, Melitopol (ambas en el sur del país), Donetsk, Lugansk y Makiivka (este)”, afirmó el servicio secreto ucraniano en una nota oficial publicada en su canal de Telegram.
Entre los menores había “huérfanos y centenares de niños cuyos padres habían sido detenidos de forma ilegal por los ocupantes cuando intentaban salir de la zona de guerra”.
Los niños fueron deportados entre septiembre y octubre del año pasado a Sevastopol, en la península del mar Negro de Crimea. Las autoridades ocupantes aseguraron entonces que se trataba de una “evacuación voluntaria”, afirma el SBU.
La dueña de la agencia de viajes también ayudó a encontrar alojamiento para los menores en Crimea, según el servicio secreto ucraniano, que explica también que “la colaboradora” se encuentra actualmente en los territorios ocupados por Rusia “en el sur” de Ucrania.
Las autoridades ucranianas dicen haber identificado a más de 19.000 menores deportados por las fuerzas de ocupación rusa de los territorios que éstas controlan.
Estos niños, entre los que Kiev cuenta a huérfanos que estaban bajo la tutela del Estado ucraniano, han sido trasladados sin el consentimiento de sus padres o tutores a otras regiones ucranianas bajo control de Moscú o a la propia Federación Rusa.
El Gobierno ucraniano ha establecido el paradero de más de 11.000 de estos menores. En algunos casos Kiev conoce también la identidad de los padres adoptivos rusos que les han asignado.
Hasta la fecha las autoridades y oenegés ucranianas han logrado que 361 de estos menores vuelvan con sus familias. En muchos de estos casos las madres han tenido que viajar personalmente a Rusia o a los territorios ocupados de Ucrania para conseguir el retorno de sus hijos a territorio controlado por el Gobierno de Kiev.
La vuelta
Un grupo de 31 niños ucranianos regresó a sus hogares el pasado 8 de abril tras haber sido secuestrados por las tropas rusas.
“Hoy damos la bienvenida a otros 31 que habían sido trasladados de manera ilegal a Rusia desde territorios ocupados”, celebró Mykola Kuleba, quien dirige la asociación Save Ukraine que trabaja desde hace más de un año en contra de estas deportaciones forzadas y los derechos del niño.
Según detalló la ONG, los menores vivían en las regiones de Kharkiv y Kherson -al noreste y sur del país- que fueron ocupadas por las tropas enemigas al inicio de la guerra y lograron su liberación el pasado otoño.
Los menores llegaron a los territorios controlados por el ejército de Zelensky este viernes luego de cruzar la frontera a pie y continuar su travesía dentro del país en un autobús. La organización precisó que “se reunirán con sus familias tras una larga separación de varios meses”, tras la cual comenzarán con una árdua recuperación psicológica y física. “Vamos a seguir cuidando de ellos hasta que las familias estén en casa”, agregaron.
Además de celebrar este acontecimiento, Kuleba aprovechó para elogiar a todas las “madres heróicas” que viajaron a los territorios rusos para intentar recuperar a sus hijos en lo que describió como una de las misiones “más difíciles” de la asociación.
(con información de EFE, AFP y EP)
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