A más de un año del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, los ucranianos resisten, defendiendo no solo sus fronteras sino también sus tradiciones. Uno de los emblemas culturales más relevantes para toda la región, sobre todo en Pascua, es el arte del Pysanky, una expresión artística que estuvo prohibida por los soviéticos y que, décadas después, vuelve a verse amenazada. Sin embargo, una artista local intenta mantener viva la tradición con un rol social: dona parte de sus ingresos a las Fuerzas Armadas y diferentes organizaciones.
Zagayska Dzvinka, de 32 años, se encontraba en Sri Lanka aquel 24 de febrero de 2022, cuando Rusia comenzó su avanzada militar. Cuatro meses después del inicio de la guerra, regresó con su pareja y sus hijos pequeños a Lviv tras los bombardeos de las fuerzas de Putin, para mantenerse cerca de los suyos y ayudar desde su lugar.
Gracias a la colaboración de la ONG Ucrania Resiliente, Infobae pudo hablar con Zagayska sobre la importancia del Pysanky, una tradición de culto primaveral que sus antepasados utilizaban para “simbolizar el comienzo de la vida” y la resurrección de Jesús. Pese a que siempre estuvo ligado a la veneración de la “tierra y la naturaleza”, hoy se le suma otro significado.
Esta tradición consiste en pintar huevos con diferentes colores y ornamentos, que varían según la región y la intención con la que se entreguen. Al respecto, Dzvinka precisó: “Como antes la vida de la gente dependía de la cosecha, pintando el ornamento sobre las pýsankas (pysanky, en plural), solían poner unos símbolos relacionados con esto. Ahora colocamos otros símbolos. Se trata de creencias muy antiguas”.
Gracias a sus padres, también artistas que lucharon activamente por la independencia de Ucrania cuando era parte de la Unión Soviética (URSS), logró tener contacto con esta tradición. Esta técnica estuvo prohibida por los soviéticos hasta que Ucrania logró su independencia. “En mi familia, mis padres volvieron a pintar pysanky en los años 90″, contó y agregó que “lo hicieron junto a amigos, familiares y, en particular, sus hijos”.
La guerra, la cultura y la colaboración con las Fuerzas Armadas
La Pascua de este año es la segunda que Ucrania recibe bajo la avanzada militar rusa. Durante la Semana Santa de 2022, cuando Zagayska se encontraba lejos de su pueblo, hizo sus pýsankas, en el extranjero.
“Fue lo que me hizo no perder el ánimo estando fuera. Esa tradición no se ha interrumpido y espero que así sea. Y, bueno…Era un momento tan emocional, y lo sigue siendo”, expresó entre lágrimas al recordar qué sintió cuando inició la guerra, “un tema muy doloroso”.
Mientras junto a sus compatriotas resiste la avanzada rusa, la artista destacó el rol de la cultura y la tradición del pueblo de Ucrania. “Es lo que nos hace ucranianos”, sostuvo y reflexionó que, aunque sus costumbres tienen miles de años, los ciudadanos “trabajan para afirmarse como tales”, así como también “siguen apreciando, conservando y encontrándole nuevos sentidos”.
Más allá de lo que significa el arte del Pysanky para la historia de este país europeo, Dzvinka no solo colabora con mantener viva la cultura, también realiza donaciones para las Fuerzas Armadas y diferentes organizaciones sociales.
Para esto, ella vende sus pýsankas, realiza subastas, clases y vende sus fotografías, en las que también se destaca. Incluso, diez minutos después de charlar con Infobae, brindó uno de sus talleres, con los que consigue los fondos para sus donaciones.
De cada taller, dona la mitad de lo recaudado a las Fuerzas Armadas, que son cerca de unas 7 mil grivinas (poco menos de 200 dólares). Este año dictará 12 clases.
Con la subasta de sus obras de Pysanky, logró recaudar 8 mil grivinas (217 dólares), mientras que, a través de sus sesiones fotográficas, sumó otras 50 mil grivinas, en total, más de 1.350 dólares. De ellos, donó el 30% a las Fuerzas Armadas, al igual que a otras organizaciones.
“Todos los artistas de Ucrania hoy están luchando en su propia esfera, haciendo cerámica, vidrio, música o camisas tradicionales, conocidas como ‘vyshyvanka’”, relató.
La esperanza de la victoria
Los fieles ortodoxos saldrán un año más a las calles de Ucrania entre barricadas y campanas para compartir la ceremonia y las tradiciones de la Pascua, con las esperanza de comenzar un “nuevo período”, parte de lo que representa el Pysanky.
“Deseo que después de Pascua inicie un nuevo período”, proyectó la joven artista visiblemente conmovida antes de advertir que “no hay opción de alguna paz que no se base en justicia, eso es lo más importante”.
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