El despliegue militar en torno a Taiwán se intensificó el jueves, con el envío por parte tanto de China como de Estados Unidos de portaaviones cerca de la isla, mientras la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, se reunía en California con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy.
Según medios oficiales, una flota de la Armada china encabezada por el portaaviones Shandong navegó cerca de Taiwán en ruta hacia el Pacífico oriental, donde tiene programadas unas maniobras.
El paso de los buques se registró a unos 400 kilómetros al sur de la isla el miércoles, horas antes de que Tsai Ing-wen se reuniera en Los Ángeles con Kevin McCarthy, un encuentro rechazado de manera tajante por China.
Según un comunicado del Ministerio taiwanés de Defensa, el Shandong fue detectado a su paso por el Canal de Bashi -tramo que separa Taiwán de Filipinas- en tránsito hacia el Pacífico oriental, donde estaba previsto que el miércoles iniciase sus primeras maniobras de largo alcance.
El Shandong es el segundo portaaviones de China -el primero de fabricación nacional- y está en servicio desde 2022.
La cartera castrense denunció asimismo la “operación especial de patrullaje” anunciada esta semana por el Ejército chino en aguas del Estrecho de Formosa, que calificó de “intentos de intimidar a Taiwán y desestabilizar la paz regional y el status quo, un comportamiento impropio de un país moderno y responsable”, recogió la agencia oficial CNA.
El ministro de Defensa taiwanés, Chiu Kuo-cheng, detalló que el Shandong se encontraba en una “misión de entrenamiento”.
“Debido a lo delicado [del asunto] en este momento, todavía estamos estudiando el motivo de los comunistas chinos, y hay varias posibilidades de las que ya hemos elaborado contramedidas para prepararnos. Pero no nos conviene dar más detalles”, dijo.
“En cuanto al contenido de la misión de Shandong, debería incluir el despegue y aterrizaje de aviones de guerra, pero hasta ahora no hemos detectado tales situaciones. Seguiremos vigilando sus movimientos”.
Chiu dijo que el Ejército del Pueblo Chino había intensificado las operaciones militares alrededor de la isla desde la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU Nancy Pelosi en agosto.
“Siempre que el tiempo lo permite, envía diariamente de 10 a 20 salidas de aviones de guerra para misiones cerca de Taiwán, a veces volando a lo largo de la línea mediana del estrecho de Taiwán, a veces cruzándolo y a veces en el extremo norte o suroeste de nuestra zona de identificación de defensa aérea”, dijo el ministro.
Chiu también declaró que el portaaviones USS Nimitz se encontraba a unas 400 millas náuticas (740,8 km) del este de Taiwán.
“No podemos decir con seguridad si [el Nimitz] estaba allí debido al Shandong, pero podría ser algo relacionado por la forma en que estaba allí”, dijo.
“Posición estratégica vital”
Analistas chinos citados por el diario oficialista chino Global Times consideraron que la travesía del Shandong “demuestra que el segundo portaaviones del Ejército de Liberación Popular está preparado para operaciones mar adentro y para salvaguardar la soberanía e integridad territorial de China”.
Según el experto Zhang Xuefeng, este tipo de ejercicios es esperable, ya que el portaaviones solo puede probar todas sus capacidades de maniobra con flotas en mar abierto.
Otra fuente que pidió no ser identificada declaró que las aguas del Pacífico oriental al este de Taiwán y sur de Japón son una “posición estratégica vital” para rodear la isla e impedir que fuerzas extranjeras interfieran militarmente en la cuestión taiwanesa.
Nuevas tensiones
El despliegue militar chino se produce en medio de nuevas tensiones entre Washington y Beijing a cuenta de la escala realizada por Tsai en Estados Unidos con motivo de su viaje a Centroamérica y de la reunión que mantuvo ayer miércoles con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
China condenó este jueves dicha escala y actividades, acusó a Washington de “confabulación” con la isla y avanzó que responderá con “medidas resueltas y efectivas para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”.
Por su parte, EE.UU. pidió al país asiático “no sobrerreaccionar” a la reunión e insistió en que el paso de la presidenta taiwanesa por su territorio es “una escala” de su viaje a Centroamérica, según la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
La situación recuerda a la ocurrida en agosto pasado, cuando la visita a Taiwán de Pelosi enfureció a Beijing, que la calificó de “farsa” y “traición deplorable”.
En respuesta, China impuso sanciones a Pelosi, suspendió el diálogo con EE.UU. en varios ámbitos importantes y desplegó en el Estrecho de Taiwán maniobras militares de una intensidad inédita en décadas.
La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.
China reclama la soberanía sobre Taiwán, que considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra el ejército comunista.
(Con información de EFE)
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