El Ministerio de Educación de Irán ha anunciado este lunes que expulsará de los centros educativos a todas aquellas personas que no cumplan con el código de vestimenta islámico, poniendo el foco en el uso hiyab, así como en la “cultura de la castidad”, entre las estudiantes.
Teherán señala la necesidad de “familiarizar” e “institucionalizar” el uso del hiyab y esta “cultura de la castidad”, por lo que ha puesto en manos de los centros educativos la tarea de interiorizar entre el alumnado estos dos conceptos, según el comunicado de Educación que recoge la agencia de noticias Mehr.
“Tener una visión más amplia de los componentes culturales y las formas de institucionalizarlos, incluido el tema del hiyab y la castidad, es uno de los desafíos más importantes en el sistema intelectual y cultural”, dice el texto.
Educación ha fijado una serie de normas de obligado cumplimento en los centros, pidiendo a los responsables de los mismos y a los docentes colaboración, no solo en la difusión de estas ideas sobre el hiyab y la castidad como valores fundamentales de la sociedad iraní, sino también para vigilar que se cumplen.
La enseñanza de la sharia -ley islámica- sobre la castidad y el hiyab, promueve un “discurso positivo” y un “pensamiento hermoso” acerca de su uso. Explicar el “estilo de vida islámico iraní” o familiarizar a los estudiantes con los “programas destructivos” y las “conspiraciones” de Occidente, son algunas de las normas que Teherán ha fijado para los centros educativos.
La nueva imposición de las autoridades iraníes es en respuesta a las protestas que estallaron en septiembre de 2022, en las que miles de personas se manifestaron para desafiar las estrictas normas de vestimenta impuestas por los ayatolás, después de que la joven Mahsa Amini muriera en dependencias policiales tras ser arrestada por presuntamente llevar mal puesto el velo.
El código de vestimenta de las mujeres se ha convertido en fuente de un intenso debate dentro de la sociedad iraní, en donde los sectores más tradicionalistas han amenazado con tomar medidas si el Gobierno no ponía freno a una supuesta relajación de las normas, en especial en las grandes ciudades.
En paralelo a la publicación de esta declaración, el ministro de Educación, Yousef Noori, ha presentado su dimisión, siendo aceptada por el presidente iraní, Ebrahim Raisi, si bien está relacionada con el retraso en los pagos de los salarios, a poco más de dos semanas para el Año Nuevo persa.
Raisi ha nombrado al decano de la Universidad Farhangian, Reza Moradsahraei, como nuevo encargado de Educación, mientras que ha solicitado al primer vicepresidente Mohammad Mokher, que investigue cualquier posible irregularidad tras el retraso de los pagos a los docentes, informa la agencia de noticias IRNA.
(Con información de EP)
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