El papa Francisco, cuya salud experimentó una “clara mejoría”, pasó una segunda noche en el hospital Gemelli de Roma, donde recibe tratamiento antibiótico por una bronquitis infecciosa.
El jueves por la noche, el equipo médico se mostró tranquilizador respecto a la salud del pontífice argentino de 86 años.
El tratamiento antibiótico “produjo los efectos esperados” y el papa podría ser dado de alta “en los próximos días”, afirmó el informe médico.
El jueves, el Vaticano aseguró que Jorge Bergoglio estaba mejorando y que había “vuelto al trabajo”.
Sin embargo, su participación en las celebraciones de Semana Santa es incierta, empezando por la misa del Domingo de Ramos prevista para este fin de semana que marca el inicio de las celebraciones de Pascua.
El argentino, que sufre problemas crónicos de salud y se desplaza en silla de ruedas debido a dolores en la rodilla, está hospitalizado en el apartamento privado reservado a los pontífices en la décima planta del hospital universitario Gemelli, donde Juan Pablo II estuvo internado en varias ocasiones durante su papado.
Francisco se sometió el miércoles a “controles médicos” tras sufrir en los días anteriores “dificultades respiratorias”. Estas pruebas “pusieron de manifiesto una infección respiratoria” que obligó a su ingreso, había indicado un portavoz de la Santa Sede.
En Twitter, el pontífice dijo este jueves estar “conmovido por los numerosos mensajes recibidos” y expresó “su agradecimiento por la cercanía y la oración”.
“Espero que se recupere muy rápido y que pueda celebrar la Pascua aquí, desde San Pedro”, dijo a la agencia de noticias AFP Tina Montalbano, una guía turística italiana de 60 años, mientras atravesaba la inmensa plaza vaticana.
“El miedo siempre está allí, pero parece que todo va bien por el momento”, añadió.
La hospitalización sorprendió a la opinión pública porque el miércoles Jorge Bergoglio participó con total normalidad en la tradicional audiencia general en la Plaza de San Pedro, durante la cual apareció sonriente, saludando a los fieles desde su “papamóvil”.
El pontífice argentino ya ingresó por una decena de días en el hospital Gemelli en julio de 2021 para una operación de colon. Francisco reconoció que esa intervención le dejó “secuelas” por la anestesia, motivo por el que renunció a someterse a una cirugía de rodilla.
Los dolores en esta articulación, que le han obligado a cancelar varias audiencias en 2022 y a posponer un viaje a África, alimentan conjeturas sobre una eventual renuncia.
El líder de la Iglesia católica siempre ha dejado abierta la posibilidad de emular a su predecesor, Benedicto XVI, que renunció al cargo en 2013.
Pero sus mensajes sobre esta opción son ambivalentes.
En julio de 2022 dijo que podría “hacerse a un lado”, pero en febrero afirmó que la renuncia de un papa “no debería convertirse en una moda” y que esa idea “no estaba en su agenda por el momento”.
El pontífice es atendido constantemente por un equipo de médicos y enfermeros, ya sea en el Vaticano o durante sus viajes al exterior.
Una medida más que necesaria debido a su edad y a su historia clínica, ya que a los 21 años estuvo a punto de morir por una pleuresía y sufrió una ablación parcial de uno de sus pulmones.
(Con información de AFP)
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