La ampliación del umbral jubilatorio, de 62 a 64 años, logró que converjan todas las broncas en las calles francesas. La posibilidad de calmar temporalmente la ira desatada por la reforma de las pensiones, sin que el Presidente Emmanuel Macron deba retroceder, es el acertijo que por estas horas desvela a toda la clase política de Francia. Retomar las negociaciones para buscar una salida a pesar que el texto esté ya en manos del Tribunal Constitucional.
Aunque la posición del Jefe de Estado se muestra inflexible, cuando de antemano ha considerado nula cualquier suspensión para dejar sin efecto la iniciativa, en cambio, la oficina de la Primera Ministra en Matignon, extendió una invitación a la intersindical para abrir un compás de diálogo. “Una propuesta extremadamente rara, para un bloqueo ya histórico”, describe Le Parisien este jueves.
Laurent Berger, Jefe de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) repite que es preferible hablar de una “pausa”. Este sindicato sugirió que Macron suspenda la reforma a pesar de su aprobación, creyendo que hay tiempo para renovar las conversaciones con los sectores que se oponen a la misma. Buscar una salida decorosa, sin vencedores ni vencidos, una idea que ahora es seguida por otros movimientos gremiales.
“Tenemos que calmar las cosas. Y propongo, que haya un tiempo de escucha, un tiempo de diálogo, y que dejemos en suspenso la reforma de las pensiones. […] Nos tomamos un descanso, esperamos seis meses, si tenemos que nombrar un mediador, si no podemos hablar entre nosotros, por qué no, pero tenemos que dar una señal al mundo del trabajo”, decía Berger en una audición francesa.
Desde entonces, esta solución de crisis propuesta por la CFDT ha resonado en el arco político e institucional del pais. Sin embargo, el presidente no retrocede frente a ninguna marcha o amenaza, como lo dejó en claro poco antes de la pasada movilización del 28 de marzo. Anticipándose a esa protesta, y luego de un Consejo de Ministros, el Jefe de Estado y su Primera Ministra, Elisabeth Borne, informaron a Laurent Berger que su propuesta de “mediación” no era necesaria. La alternativa del sindicato ”reformista” se consideraba nula y sin efecto.
Por eso, las señales para la convocatoria desde la oficina de Borne aclaraban que las primeras conversaciones desde el 10 de enero no tendría en el temario la corrección del nuevo umbral jubilatorio. “Tanto el Primer Ministro como el Presidente de la República han dicho que están ansiosos por iniciar discusiones sobre el trabajo. Sabemos que el tema de las pensiones de alguna manera ha sacado a la luz muchas dificultades en el mundo laboral y hay que afrontarlas “, explicaron voceros desde Matignon.
Pero la crisis provocada por la utilización del 49.3 por parte del gobierno, que permitió saltar la votación de la ley en la Asamblea Nacional, desató la búsqueda de distintos artilugios constitucionales para desenredar tal dilema. El objetivo es estudiar todas las alternativas que al menos desactiven manifestaciones que se están volviendo más violentas y radicalizadas. Los cambios en el sistema de jubilaciones han disparado otras demandas, algunas que llegan plasmar su fatiga frente democracia.
El mismo Berger advirtió: “El cohete Marine Le Pen ha despegado; ahora hay que evitar que se ponga en órbita”. El secretario general alerta de que el conflicto se está transformando en una crisis democrática. “Hay una cólera social que empieza a transformarse en cólera democrática”
Para hacer aprobar su proyecto de ley, el profesor de ciencias políticas Bastien François recomienda, en un foro del diario francés Le Monde, al Presidente de la República solicitar una nueva deliberación del ley o alguno de sus artículos.
Al no estar previsto el derecho de veto presidencial en la Constitución francesa, a diferencia de Estados Unidos, la única posibilidad para Emmanuel Macron, si quisiera evitar la promulgación inmediata de la reforma de las pensiones, sería enviarla de vuelta en consulta al Parlamento.
El artículo 10 de la Constitución, prescribe que antes del plazo fijado para la promulgación, el Presidente “podrá solicitar a las Cortes Generales una nueva deliberación de la ley o de algunos de sus artículos”. Según quisieron los legisladores “esta nueva deliberación no puede ser rechazada”. Esta posibilidad solo ha sido utilizada en tres ocasiones, por ejemplo en 1983 por François Mitterrand para cancelar la celebración de la Exposición Universal de París en 1989.
Para el analista que se explaya en el diario francés, la Constitución de 1958 tiene este “mérito”. “Ha previsto un artículo que permitiría al Presidente de la República desbloquear la situación sin desprestigiarse”, escribe en el diario francés.
Se espera que el Consejo Constitucional fije su posición el 14 de abril, de acuerdo a lo que anunciaron los magistrados el miércoles. Sus miembros pueden decidir validar todo el texto o censurarlo total o parcialmente. En este tiempo tambien se analiza “la iniciativa de una consulta”, un Referéndum de Iniciativa Compartida (RIP).
Tras una moción de censura sometida a votación y rechazada el 20 de marzo de 2023, algunos diputados comenzaron a advertir la posibilidad de avanzar hacia un referéndum. Este proceso, para existir, debe reunir una décima parte del electorado y una quinta parte del Parlamento.
La idea no es sencilla. Las condiciones organizativas son muy restrictivas y complejas, quedando expuestas luego de la reforma constitucional votada el 21 de julio de 2008 por el Parlamento reunido en Congreso. Se necesita la firma de 185 parlamentarios para iniciar un RIP. Luego, el texto debe ser firmado por el 10% del electorado, o alrededor de 4,5 millones de personas. El plazo para recoger los apoyos electorales, por medios electrónicos, dura nueve meses a partir de la validación del procedimiento por el Consejo Constitucional.
Finalmente, la reanudación del diálogo sobre la reforma. La intersindical espera concretar el encuentro con el despacho de la Primera Ministra, antes de una nueva jornada de movilización contra el texto, el jueves 6 de abril. La fecha de este encuentro en Matignon con Elisabeth Borne, “está claramente emergiendo el miércoles” 5 de abril, dijo el miércoles por la noche en BFMTV la número 2 de la CFDT, Marylise Léon.
“Nos esperan en la intersindical” y “casi todas las organizaciones han respondido favorablemente”, agregó. Para León, ”el desafío es tomar esta mano tendida”, porque “fue una aberración que ni el Primer Ministro, ni el Presidente, ni siquiera el Ministro de Trabajo quisieran reunirse con la intersindical”.
En el seno de la CGT, sector más duro con el gobierno, este miércoles se alzaron voces en contra de la reunión, al considerar que responder a la invitación de Borne sería “una pérdida de tiempo” . El sindicato está en pleno congreso, y el viernes se debe conocer el nombre de su nueva o su nuevo secretario general.
La pregunta es qué puede surgir de esta cita. El miércoles en FranceInfo, Laurent Berger, insistió en su deseo de volver a poner sobre la mesa la propuesta de “mediación” sobre la reforma de las pensiones, así como la cuestión del aplazamiento de la edad legal de jubilación a los 64 años. El ministro de Relaciones con el Parlamento, Franck Riester, y el presidente del grupo parlamentario MoDem, François Bayrou, advirtieron que esta cuestión no estará en el menú. “Los 64 años están en el texto” , subrayó François Bayrou, “no podemos cambiar la línea en este punto” .
Seguir leyendo: