El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advirtió este martes desde Dnipro que la actividad militar alrededor de la central nuclear de Zaporizhzhia “está aumentando”.
“Hay un número creciente de tropas y vehículos militares, artillería pesada y más acción militar alrededor de la planta”, manifestó Rafael Grossi, director del OIEA, en una entrevista con la cadena CNN, agregando que la planta ha estado sufriendo apagones “repetidamente”.
Así, señaló que “en unas pocas horas” tanto él como su equipo cruzarán “la línea del frente”, tal y como hicieran el año pasado.
“Voy a continuar con mis consultas para tratar de establecer protección alrededor de la planta y evitar un accidente nuclear con posibles consecuencias catastróficas”, afirmó.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, visitó este lunes posiciones cercanas al frente de combate en la región de Zaporizhzhia y pudo también reunirse con Grossi, con quien compartió además la situación de la central hidroeléctrica del Dnieper.
Será la segunda vez que el director general del organismo -acompañado por un grupo de expertos, el séptimo de este tipo desde que comenzó a trabajar la misión de apoyo en la planta-, visite la mayor central nuclear de Europa y la primera desde el despliegue de la presencia permanente del OIEA, el pasado 1 de septiembre.
Grossi apuntó durante el fin de semana que su viaje busca además garantizar una rotación regular de los expertos del OIEA desde y hacia la central tras los problemas que afectaron a la rotación de febrero, retrasada casi un mes.
Las misiones del organismo han contribuido a proporcionar información objetiva desde el interior de la central, aunque la rotación anterior se retrasó porque Rusia impidió a los expertos salir durante tres semanas, alegando problemas de seguridad.
A diferencia de los expertos del OIEA, que sí pueden salir, miles de miembros del personal ucraniano de la central son rehenes de los ocupantes rusos, señaló a la agencia EFE Olga Kosharna, experta y ex miembro de la junta de la Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania, quien aseguró que a muchos de ellos simplemente se les impide salir del recinto de Energodar, donde se encuentra la planta.
“Uno de ellos intentó salir a través de Crimea y ha desaparecido”, afirmó Kosharna, quien se mantiene en contacto con parte del personal. Contó, asimismo, que sus contactos borran los mensajes de sus teléfonos, ya que los tienen controlados todo el tiempo y temen represalias por comunicarse.
“El número de tropas rusas en la planta ha aumentado. Se han instalado sistemas de defensa antiaérea y se ha desplazado ahí una unidad de los “Kadyrovtsy”, los combatientes chechenos dirigidos por Ramzan Kadyrov, leal a (el presidente ruso), Vladimir Putin”, añadió.
Desde que empezó la ocupación ha desaparecido parte del equipamiento de las instalaciones de última generación, que probablemente pasará a utilizarse en centrales nucleares rusas, según Kosharna.
La experta denunció que el personal sufre acoso y está presionado para que firme contratos con una entidad creada por Rusia para hacerse con el control de la planta. La intimidación va de las amenazas de violencia física y a las amenazas contra sus familias.
Algunos no firmaron esos contratos, pero a Rusia no le queda otra opción que dejarles seguir trabajando, ya que no tienen capacidades para sustituirlos a todos por sus especialistas propios.
(Con información de Europa Press y EFE)
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