“Desde hace dos años y medio que Bielorrusia enfrenta presiones (...) sin precedentes de parte de Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados”, sostuvo en un comunicado el ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno del dictador Alexandr Lukashenko, que denunció una “injerencia directa y grosera” en sus asuntos internos.
Las sanciones económicas y políticas contra esta exrepública soviética aliada de Rusia están acompañadas del “refuerzo del potencial militar de la OTAN” en el territorio de los países miembros de la Alianza vecinos de Bielorrusia, agregó.
En ese contexto, Bielorrusia está “obligada a tomar medidas de represalia”, insistió el ministerio, al asegurar que Minsk no tendrá control de esas armas, cuyo despliegue “no contradice en modo alguno los artículos I y II del Tratado de No Proliferación Nuclear”.
El sábado, el presidente ruso Vladimir Putin anunció tener el consentimiento de Mink para desplegar armas nucleares “tácticas” en Bielorrusia, país a las puertas de la Unión Europea gobernado desde 1994 por Alexander Lukashenko, su más estrecho aliado.
Según Putin, los preparativos para el despliegue deben comenzar en abril.
El anuncio provocó duras críticas de países occidentales. La OTAN denunció una “retórica peligrosa e irresponsable” de Rusia, mientras que la Unión Europea amenazó a Minsk con nuevas sanciones si el despliegue seguía adelante.
Estados Unidos reafirmó que no tiene motivos para pensar que Rusia estuviera preparando el uso de armas nucleares, al tiempo que condenó el anuncio ruso.
Posibles consecuencias
Con su declaración más reciente, Putin vuelve a recurrir a la amenaza nuclear para indicar la disposición de Moscú a agudizar el conflicto en Ucrania.
El despliegue de armas nucleares tácticas a Bielorrusia, que comparte 1.084 (673 millas) de frontera con Ucrania, le permitiría a las aeronaves y misiles rusos alcanzar cualquier objetivo potencial con mayor facilidad y velocidad en caso de que Moscú decida usarlas. También extendería la capacidad de Rusia para atacar a varios países miembros de la OTAN en el centro y el este de Europa.
La medida llega en un momento en que Kiev se dispone a lanzar una contraofensiva para recuperar territorio ocupado por Rusia.
Dmitry Medvedev, subdirector del Consejo de Seguridad de Rusia, advirtió días atrás que los intentos de Ucrania por recuperar el control de la península de Crimea eran una amenaza a la “misma existencia del Estado ruso”, algo que amerita una respuesta nuclear de acuerdo con la doctrina de seguridad del país. Rusia se anexó ilegalmente Crimea de Ucrania en 2014.
“Cada día que Occidente proporciona armas a Ucrania nos acerca más a un apocalipsis nuclear”, advirtió Medvedev.
El analista militar ucraniano Oleh Zhdanov señaló que el objetivo de Putin es desalentar a los aliados occidentales de Ucrania para que no proporcionen más armas a Kiev antes de cualquier contraofensiva.
Putin está “usando chantaje nuclear en un intento por influenciar la situación en el campo de batalla y obligar a los socios occidentales a reducir sus suministros de armas y equipamiento bajo la amenaza de que el conflicto se agrave con un cariz nuclear”, comentó Zhdanov. “La galería nuclear bielorrusa penderá no sólo sobre Ucrania, sino también sobre Europa, creando una amenaza constante, intensificando las tensiones y enervando a los ucranianos y a sus socios occidentales”.
(Con información de AFP y AP)
Seguir leyendo: