El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, pactó hoy con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, retrasar la tramitación de la reforma judicial varios meses, pero no suspenderla definitivamente, informó su partido Poder Judío.
La oficina del primer ministro informó de que Netanyahu hablará por televisión a las 20.00 horas (17.00 gmt)
El ministro de extrema derecha, que hasta ahora era el miembro del Gobierno más reticente a pausar esa legislación pese a las masivas protestas, señaló que ha accedido a “una extensión hasta la próxima sesión para aprobar la reforma a través de negociaciones”, informó su formación en un comunicado.
La próxima sesión comenzará en mayo, después del receso por la Pascua Judía y se extenderá hasta julio, otorgándole así tres meses al Gobierno para seguir negociando con la oposición.
Poder Judío, partido que integra la coalición de gobierno, indicó que a cambio de esta concesión, Netanyahu garantizó a Ben Gvir la inminente aprobación en la próxima reunión de gabinete de una Guardia Nacional civil bajo el mando de su ministerio, una de sus exigencias desde hace meses.
Hasta el momento, sin embargo, ni el primer ministro ni sus portavoces se han pronunciado públicamente al respecto, ni confirmado el retraso de la aprobación de la reforma.
Ben Gvir había estado amenazando con abandonar el gobierno, poniendo en peligro la coalición, si Netanyahu detenía la reforma, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.
Protestas masivas
Este anuncio llega tras una extensa jornada de manifestaciones en todo el país y la convocatoria de una huelga general de trabajadores, en el marco de un histórico movimiento de protesta que comenzó hace tres meses.
Durante todo el día, según informaron medios locales, el mandatario mantuvo negociaciones con miembros de su Ejecutivo con el fin de encontrar una salida consensuada ante el aumento de la presión en las calles con masivas protesta desde anoche.
El movimiento de protestas no se detiene, con más de 100.000 israelíes manifestándose hoy en Jerusalén frente a la Knéset, y después de que anoche más de 650.000 personas salieran a las calles de todo el país en respuesta al cese por Netanyahu del ministro de Defensa, el primer miembro de su gobierno en pedir públicamente poner freno a la reforma.
La protesta frente a la Knéset en Jerusalén se suma a otra movilización masiva en Tel Aviv, además de muchas otras en ciudades del norte y del sur, mientras importantes empresas se unen a la huelga.
Al compás de incesantes tambores y cánticos, miles de personas se manifestaron: israelíes llegados desde distintos puntos del país, que portaban la bandera nacional y carteles contra el primer ministro.
“Democracia, democracia” o “Israel no es Irán” fueron algunos de los eslóganes que corearon los presentes, que se mostraron escépticos ante la posible suspensión temporal de la reforma por parte de Netanyahu.
En paralelo con estas manifestaciones, grupos de ultraderecha, incluidos el propio Itamar Ben Gvir y otro líder extremista, Bezalel Smotrich, convocaron a sus seguidores a protestar en apoyo a la reforma, también en los alrededores del Parlamento.
Esto ha desatado el temor de enfrentamientos entre los manifestantes, en parte debido a la asistencia a las protestas ultraderechistas del grupo extremista La Familia, conocido por su historial de violencia.
De hecho, estos grupos están habilitando autobuses para facilitar el desplazamiento de los seguidores del ala derechista del gobierno a Jerusalén desde otras ciudades de Israel y desde los asentamientos en Cisjordania ocupada, donde se asienta la principal base de votantes de los partidos de extrema derecha que integran la coalición.
Aunque las protestas comenzaron hace trece semanas y han ido cobrando cada vez más fuerza, el Gobierno tenía planeado aprobar el grueso de la reforma judicial antes de fin de este mes, pero la semana pasada, en un aparente gesto conciliador, accedió a retrasar algunas de sus leyes a mayo, excepto la ley de elección de jueces, uno de sus puntos más polémicos, que pretendía pasar esta misma semana.
Desde temprano, medios locales anticiparon que Netanyahu brindaría un discurso en el que se esperaba comunicara la interrupción de la reforma, algo que hasta el momento no ha sucedido.
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