Una manifestación en Francia contra los embalses para riego derivó este sábado en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, en un contexto de violentas protestas por la reforma de las pensiones en todo el país.
Las autoridades desplegaron un fuerte dispositivo de seguridad cerca de Sainte-Soline (centro-oeste), donde se está construyendo uno de estos grandes embalses destinados a la irrigación y que suscitan críticas de los ecologistas.
A media jornada, unas 6.000 personas, según las autoridades, y unas 25.000, según los organizadores, se congregaron en el lugar.
El ministerio del Interior movilizó a 3.200 gendarmes y policías, dos veces más que en una anterior manifestación en octubre. En ambos casos, la prefectura no autorizó la protesta.
Según las autoridades, podrían participar “al menos un millar” de activistas violentos, algunos procedentes del extranjero, probablemente de Italia.
“El objetivo es acercarse y rodear el embalse para detener la obra”, aseguró a la agencia de noticias AFP un miembro de “Soulèvements de la Terre”, uno de los organizadores.
A media jornada, cerca de las obras, rodeadas por las fuerzas de seguridad, estallaron violentos enfrentamientos con activistas radicales, que lanzaron proyectiles.
Los alrededores del embalse parecían un campo de batalla, entre múltiples explosiones. Varios vehículos de la gendarmería fueron alcanzados.
La mayoría de los participantes en la marcha, no obstante, se manifestaba pacíficamente.
“Mientras el país se alza para defender las pensiones, nosotros iremos en paralelo a defender el agua”, dijeron los organizadores ecologistas.
Este tipo de embalses sirven para almacenar el agua extraída de las capas freáticas durante la estación lluviosa y se conserva al aire libre para fines de irrigación en caso de sequía o restricciones del consumo de agua.
Según sus defensores, son totalmente necesarios para mantener los campos ante el calentamiento climático.
La construcción de Sainte-Soline tiene un costo de 70 millones de euros (75 millones dólares), financiados a un 70% por fondos públicos con la condición de que se utilicen métodos agroecológicos. Sus detractores critican que se acapare el agua para la agroindustria.
Desde hace más de dos meses, Francia está inmersa en una ola de protestas masivas contra la reforma de las pensiones.
En la última semana, se han radicalizado y derivado en cientos de detenciones, hasta el punto de que el viernes se anuló la visita del rey de Inglaterra Carlos III, prevista para esta semana.
Un sindicalista perdió un ojo
Un miembro del sindicato Sud-Rail, herido el jueves durante una manifestación en París contra la reforma de las pensiones en Francia, perdió un ojo tras recibir una granada de las fuerzas de seguridad, dijo este sábado su organización.
“Sébastien, un sindicalista de SUD-Rail, un ferroviario en un taller de material desde hace más de 25 años y padre de tres hijos, perdió un ojo”, indicó un comunicado firmado también por el sindicato Solidaires, explicando que fue “debido a la explosión de una granada” que la policía usa para dispersar a la muchedumbre.
“Este tipo de granada está catalogado como material de guerra por el Código de Seguridad Interior”, un texto jurídico, afirman ambos sindicatos, que mencionan el caso de una manifestante con un pulgar arrancado el mismo día en la ciudad Ruan por otra granada y condenan “con firmeza esta violencia desproporcionada e ilegal”.
El sindicato Sud-Rail dijo a la agencia de noticias AFP que “se presentarán denuncias”, sin dar más precisiones.
(Con información de AFP)
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