Los veintidós países participantes en la XXVIII Cumbre Iberoamericana aprobaron este sábado una carta ambiental iberoamericana, una carta de principios y derechos en entornos digitales, un plan para la seguridad alimentaria y una nueva arquitectura financiera.
Este último punto fue el documento que más dificultó el consenso de los líderes iberoamericanos, algo que consiguieron durante el almuerzo sostenido en el Palacio Nacional de Santo Domingo después de la primera parte de la plenaria.En la clausura de la sesión plenaria, celebrada en la capital dominicana, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, anunció que los jefes de Estado y de Gobierno habían logrado alcanzar acuerdos en las cuatro materias que formaban los ejes temáticos de la cumbre.
Durante la cumbre, los jefes y jefas de Estado adoptaron La Carta Medioambiental Iberoamericana, que tiene entre sus principales objetivos lograr compromisos nacionales ambiciosos en materia de desarrollo sostenible, para hacer frente a los desafíos globales del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación, la deforestación, la desertificación, la pérdida de los glaciares, la sequía, la degradación de los suelos, la escasez de recursos hídricos y la contaminación de los océanos, así como el aumento de riesgo de desastres.
La carta ambiental pretende, a su vez, dar respuesta conjunta a la emergencia climática en una de las regiones del mundo donde más se sienten los efectos del calentamiento global con sequías, deshielo de glaciares, incendios e inundaciones, entre otros desastres naturales. Los líderes iberoamericanos buscan anticiparse a una escenario de aceleración de la transición digital, en el que se espera dar un marco normativo para un mundo cambiante que implican legislaciones específicas para proteger las libertades y derechos de los ciudadanos.
Asimismo, acordaron la puesta en marcha del Fondo del Marco Mundial de la Biodiversidad, para avanzar en la definición del nuevo mecanismo multilateral de participación en los beneficios de la utilización de los recursos genéticos e información de secuencias digitales sobre los recursos genéticos y garantizar un rápido financiamiento para su implementación adecuada.
También firmaron la Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en los Entornos Digitales como guía para los procesos de actualización de las normativas nacionales sobre los Principios y Derechos en los Entornos Digitales, para que la construcción de la Sociedad de la Información esté centrada en las personas y en su desarrollo: “Se protejan en los entornos digitales los derechos ya consagrados en nuestros marcos jurídicos; se fomente el acceso universal, equitativo y asequible a las TIC; y que bajo ningún concepto se discrimine a las personas que no puedan o no quieran integrarse al proceso de transformación digital”.
Se comprometieron así a cerrar la brecha digital, “impulsar el acceso a la conectividad asequible y de calidad; fomentar entornos digitales seguros, confiables y que garanticen la privacidad de las personas; que la transformación digital sea un instrumento que amplíe el acceso a la educación, la salud y la cultura; asegurar que los entornos digitales respeten la integridad, intimidad y privacidad de nuestros niños, niñas y adolescentes; consolidar la libertad de expresión y promover el derecho a recibir libremente información veraz, desarrollar acciones para combatir la desinformación y promover la libre elección de servicios y contenidos digitales”.
“Urge que se priorice el desarrollo por medio de la movilización de recursos financieros nuevos, adicionales y predecibles el acceso a los adelantos tecnológicos y la transferencia de tecnologías. Afianzamos el compromiso de avanzar hacia estrategias que permitan una verdadera transformación de la educación, incluyendo el desarrollo de competencias digitales”, asegura la declaración.
También se aprobó un plan regional que marca una ruta para una seguridad alimentaria inclusiva y sostenible, en un contexto donde el hambre y la incertidumbre para conseguir alimentos se ha acentuado y afecta a más de 250 millones de latinoamericanos.
Los mandatarios trazaron una Ruta Crítica para Alcanzar una Seguridad Alimentaria Incluyente y Sostenible en Iberoamérica. En el complejo contexto internacional agravado por la situación del conflicto bélico, por las distintas crisis, y la imposición de medidas coercitivas contrarias al derecho internacional, incluyendo contra naciones iberoamericanas, la inciiativa propone acciones para enfrentar el enorme impacto sobre los sistemas agroalimentarios, la creciente inequidad social y económica, y la crisis climática, los cuales dificultan el desarrollo de una seguridad alimentaria incluyente y sostenible”.
Además, en la declaración exigen a los Estados desarrollados y a los Organismos Internacionales y Multilaterales que propicien el aumento de capacidades y recursos para monitorear y gestionar la demanda de fertilizantes empleados en la producción de alimentos, en particular en los países en desarrollo, intensificando los esfuerzos para proporcionar mayor adaptación y resiliencia climática a todas las poblaciones vulnerables.
El documento convoca a fortalecer el comercio entre los países iberoamericanos, de forma abierta, no discriminatorio, transparente y basados en normas libre y transparente de acuerdo con las reglas acordadas en la OMC y el desarrollo de las cadenas de suministro agroalimentarias incluyentes y resilientes.
La próxima Cumbre Iberoamericana se celebrará en Quito el 29 de noviembre de 2024, con el foco puesto en la protección del medio ambiente y en el combate al crimen transnacional, así como en asuntos específicos como resolver la crisis de gobernabilidad y violencia que atraviesa Haití.
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