La organización de los derechos humanos, Korea Future, publicó un informe detallado en el que muestra, como nunca antes, el interior de las cárceles del régimen de Corea del Norte y describe através del testimonio de las víctimas, las torturas y los tratos crueles a los que son sometidos los presos comunes.-
Los detenidos logran describir las ejecuciones extrajudiciales, violaciones, abortos forzados y torturas a las que son sometidos dentro de los centros de reclusión.
Por medio de entrevistas de cientos de sobrevivientes, testigos y perpetradores de abusos que han huido de la dictadura de la dinastía Kim, la ONG sin fines de lucro reconstruyó cómo es la vida dentro del sistema penal de uno de los países más herméticos del mundo.
Asímismo, gracias al uso de modelos digitales, imágenes satelitales y análisis arquitectónicos lograron graficar de manera detallada cómo son las instalaciones penitenciarias del régimen.
“El propósito de nuestro informe es básicamente revelar las violaciones de derechos humanos que han tenido lugar dentro de los sistemas penales de Corea del Norte. (Encuentra que incluso 10 años después de que la ONU estableciera una Comisión de Investigación, todavía hay violaciones sistemáticas y generalizadas de los derechos humanos”, dijo Kim Jiwon, investigador de Korea Future, que tiene oficinas en Londres, Seúl y La Haya.
Además de construir modelos 3D de algunos de los lugares de detención, la ONG documentó más de 1.000 casos de tortura y tratos crueles e inhumanos o degradante, cientos de casos de violación y otras formas de violencia sexual. Así como más de 100 casos de negación del derecho a la vida, de acuerdo con una publicación de CNN.
“Comparable al Gulag soviético, el sistema penal (de Corea del Norte) no consiste en detener y rehabilitar a las personas sentenciadas por los tribunales en instalaciones seguras y humanas. Su propósito tampoco es disminuir la reincidencia y aumentar la seguridad pública”, dice el informe, que añade, “es aislar a las personas de la sociedad cuyo comportamiento entra en conflicto con la defensa de la autoridad singular del Líder Supremo, Kim Jong-un”.
El informe logra identificar a cientos de efectivos del régimen que, han participado en la violencia y los abusos.
Korea Future realizó un mapeo satelital de 206 centros de detención, en todas las provincias de Corea del Norte, donde se llevan a cabo los abusos cometidos personalmente por los funcionarios de alto rango de la dictadura.
Entre los casos, destaca el de tres personas que fueron encarceladas por intentar cruzar la frontera, esto es considerado como un delito grave en ese país.
Las víctimas relatan que una fue de las muejeres fue obligada a abortar cuando tenía siete u ocho meses de embarazo; uno de los hombres era alimentado con tan solo 80 gramos de maíz al día, una dieta de hambre que hizo que su peso bajara de 60 a 37 kilogramos en tan sólo un mes y lo obligó a verse en la penosa necesidad de comer cucarachas y roedores.
Investigadores tanto de Korea Future como de la ONU aseguran que los presos terminan tan deshumanizados por el abuso que comienzan a sentir que de alguna manera lo merecen.
Otros, simplemente no tienen un concepto de lo que son los derechos humanos como para poder dimensionar el abuso al que son sometidos.
“Siempre les decían desde el centro penitenciario, los oficiales correccionales, que habían hecho algo malo. Así que simplemente pensaban que eran malas personas y por esa razón, estaban siendo castigados. Esto estaba muy arraigado en su mentalidad”, dijo Kim, la fundadora de Korea Future.
“Ni siquiera se dieron cuenta de que estaban siendo torturados”, agregó.
Una ex reclusa, que estuvo detenida por más de un año simplemente por quejarse con las autoridades sobre su situación de vivienda, comparó su trato con el de un animal.
“Cuando criamos conejos, los mantenemos en madrigueras con cercas y les damos comida. (En la cárcel), era como si fuéramos los conejos, encerrados en una celda y recibiendo comida tras las rejas… no nos trataban como humanos, sino como una especie de animal”, dijo la sobreviviente a CNN.
Su celda era tan pequeña que “estábamos durmiendo en zig-zag y los pies de alguien me tocaban los hombros”, dijo.
“No debíamos movernos en la celda y teníamos que sentarnos con las manos a los costados y como se suponía que no debíamos mirar hacia arriba, teníamos que mirar hacia abajo. Se suponía que no debíamos hablar, así que todo lo que escuchas es el sonido de la respiración de las personas”, agregó.
“Los detenidos son reeducados a través de trabajos forzados, instrucción ideológica y brutalidad punitiva con el propósito de obligarles a obedecer incondicionalmente y a ser leales al Líder Supremo”, dice un reporte de la ONU.
Uno de los sobrevivientes que fue detenido varias veces por deserción, al intentar cruzar la frontera con China para buscar trabajo contó que vio a los guardias de la prisión violar a mujeres detenidas.
“Me di cuenta de que los guardias del centro violaban a las detenidas por la noche. Les pedían a algunas mujeres que lavaran su ropa en la noche y cuando salían las mujeres las violaban”.
Dijo que le contó a un inspector lo que había visto y que inicialmente le agradecieron por mencionar el asunto, pero poco después dos hombres lo golpearon “muy fuerte”.
Poco después, “pensé que no podía vivir así, así que rompí la ventana de la habitación y agarré un trozo de vidrio”, dijo. “El guardia de policía entró en mi habitación y frente a ellos me apuñalé la barriga”.
También dijo que los hombres eran golpeados y obligados a caminar con el cuerpo inclinado en ángulo recto.
Asimismo notó, en una de sus detenciones, que las condiciones “mejoraron” con respecto a su primera experiencia.
“En el pasado, teníamos que gatear con ambas manos y rodillas cuando nos movíamos, pero en 2017 pudimos pararnos y caminar. Todo lo que necesitabas era doblar la espalda 90 grados hacia adelante al moverte”, dijo.
Aseguró que la primera vez que cayó preso estaban “acostumbrados a que nos llamaran ‘hijos de p...’, pero en 2017, nos llamaron ‘camaradas’”.
La relatora especial de la ONU para Corea del Norte, Elizabeth Salmón, dijo este lunes que el cierre de las fronteras de este país desde el inicio de la pandemia ha aumentado todavía más el “secretismo” que le rodea.
“Un paso mal dado en este asunto podría desencadenar una escalada significativa con drásticas consecuencias para los derechos humanos”, sostuvo Salmón en relación a la creciente incertidumbre armamentística en el país.
En la presentación de su último informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne en Ginebra, Salmón indicó que la comunicación entre Naciones Unidas y el régimen norcoreano es prácticamente nula y alertó de que el acceso de la población a la comida y a los medicamentos es cada vez más limitado.
“Ha habido muertos durante la olas de frío de enero y las mujeres ya no tienen medios suficientes para ganarse la vida”, aseguró Salmón.
La relatora incidió sobre las torturas que sufren las mujeres que están en centros de detención, donde son objeto de actos de violencia machista y se les imponen trabajos forzosos en la construcción y en el sector agroalimentario.
En cuanto a las mujeres que no intentan huir de Corea del Norte, el informe explicita que se ven obligadas a ejercer la prostitución ante las dificultades económicas que atraviesa el país y ahora son víctimas de extorsión y de explotación sexual.
Para hacer frente a esta situación, la ONU ha pedido a las autoridades norcoreanas que asignen guardias femeninas a las mujeres prisioneras y que mejoren su política en el ámbito de la violencia machista.
La relatora se refirió también a las estrictas medidas impuestas por Corea del Norte para salir del país y para desplazarse por el interior.
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