El G7 condenó este domingo el nuevo lanzamiento por parte de la dictadura de Corea del Norte de un misil balístico de corto alcance al mar de Japón y exigió una respuesta rápida por parte de la comunidad internacional.
“El temerario comportamiento de Corea del Norte exige una respuesta rápida y unificada de la comunidad internacional que incluya nuevas medidas significativas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, indicaron en un comunicado los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido.
Junto con el alto representante de la UE, criticaron el “marcado contraste entre la frecuencia de las reiteradas y flagrantes violaciones” de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU por parte de Corea del Norte y la “correspondiente inacción” de ese Consejo debido a la “obstrucción” de algunos de sus miembros.
Este último lanzamiento norcoreano, añadieron, “socava la paz y la seguridad regionales e internacionales”.
“Nuestras fuerzas armadas detectaron un misil balístico de corto alcance disparado desde la zona de Tongchang-ri en la provincia de Pyongan del Norte a las 11H05 (02H05 GLM)” hacia el mar de Japón, dijo el Estado Mayor Conjunto (EME) de Corea del Sur.
El misil recorrió 800 kilómetros y está siendo analizado por la inteligencia estadounidense y surcoreana, según el EME.
“Nuestras fuerzas armadas mantienen una postura de plena disponibilidad basada en su capacidad de responder abrumadoramente a cualquier provocación de Corea del Norte, al tiempo que realizan ejercicios y maniobras conjuntos”, agregó.
Japón también confirmó el lanzamiento.
Corea del Sur y Estados Unidos han estrechado su cooperación de defensa frente a las crecientes amenazas militares y nucleares de Pyongyang, que en los últimos meses ha lanzado una serie de pruebas de armamento prohibido y sostiene un tono cada vez más belicoso.
Washington y Seúl están en medio del mayor ensayo militar conjunto de los últimos cinco años, un ejercicio de once días denominado Escudo de Libertad. El régimen de Kim Jong-un percibe estos ejercicios como preparativos para una invasión y ha advertido de una respuesta “apabullante”.
El nuevo test de Pyongyang se produce después de que el jueves el régimen de Corea del Norte lanzara un nuevo tipo de misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés).
Los representantes del G7 subrayaron que desde el año pasado ha llevado a cabo un número récord de lanzamientos de misiles balísticos y ha aumentado la tensión con su “continua retórica irresponsable y desestabilizadora sobre el uso de armas nucleares”.
A principios de este año, según recordaron, el país declaró públicamente su intención de seguir ampliando y mejorando “sus ilegales programas nuclear y de misiles”.
“Reiteramos nuestra exigencia de que abandone sus armas nucleares, los programas nucleares existentes y cualquier otro programa de armas de destrucción masiva y de misiles balísticos de forma completa, verificable e irreversible”, dijeron.
El G7 instó a que cumpla las obligaciones contraídas en virtud de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (RCSNU) y pidió a todos los Estados de la ONU que apliquen a su vez esas resoluciones de forma eficaz.
“Corea del Norte no puede tener ni tendrá nunca el estatus de Estado poseedor de armas nucleares de acuerdo con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares”, destacaron los ministros de Exteriores.
Con información de EFE y AFP
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