Tras una noche de disturbios en Paris y en otras ciudades francesas contra la reforma de las pensiones adoptada por decreto por el Gobierno del presidente Emmanuel Macron, por falta de una mayoría suficiente de diputados, varios sindicatos organizaron para este viernes una nueva jornada de protestas en la capital francesa.
Decenas de personas con banderas y distintivos de la Confederación General del Trabajo (CGT) bloquearon poco después de las 7:00 de la mañana, hora local, algunas vías del periférico, a la altura de la Puerta de Glignancourt, provocando grandes atascos vehiculares.
“Eso no debe hacerse. Hay armas democráticas de contestación”, replicó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en una entrevista a la emisora RTL en la que insistió en que durante todo el movimiento contra la reforma de las pensiones se han permitido y organizado las manifestaciones de los sindicatos, que se han desarrollado sin incidentes.
La noche de este jueves, sin embargo, tras la activación del artículo 49.3 de la Constitución por parte del Gobierno para saltarse el voto en la Asamblea Nacional y adoptar por decreto esa reforma, los incidentes se multiplicaron durante horas en París, así como en Marsella, Nantes, Rennes, Lyon y otras ciudades del país.
Darmanin indicó que aunque “no hubo incidentes graves” porque no hubo heridos mortales, las fuerzas del orden tuvieron que actuar y llevaron a cabo 310 arrestos, de los cuales 258 se efectuaron en la capital.
El ministro explicó que en Rennes, Albi, Marsella o París, algunos de los que participaban en esas manifestaciones espontáneas intentaron atacar edificios oficiales y oficinas de representación de políticos del bloque macronista.
En París se vieron escenas de barricadas y de incendios con las montañas de basura que se han acumulado en la mitad de los distritos de la ciudad por la huelga de los trabajadores desde hace una decena de días.
El titular de Interior explicó que la Prefectura de París (delegación del Gobierno) ha activado la obligación del trabajo para algunos de estos huelguistas por razones de salubridad, tras un riña con la alcaldesa socialista, Anne Hidalgo, que se había negado a hacerlo.
De aquí a las 15:00 hora local, que es el plazo máximo, la oposición presentará al menos dos mociones de censura contra el Gobierno de la primera ministra, Elisabeth Borne, que en principio no tienen muchas posibilidades de prosperar.
Pero si alguna de ellas obtuviera una mayoría en la Asamblea, caerían Borne y su Ejecutivo y la crisis política podría dar lugar a una convocatoria anticipada de elecciones legislativas.
Los sindicatos, que se mantienen unidos en su oposición a la reforma, hicieron un llamado este jueves a la multiplicación de las acciones de protesta a nivel local durante este fin de semana, y han convocado una novena jornada de huelgas y manifestaciones nacionales el jueves de la semana próxima.
El responsable de la CGT en el sector ferroviario, Laurent Brun, dijo en una entrevista con la emisora France Info que el objetivo es “que la economía se paralice” y para eso “hay que multiplicar las huelgas”.
(Con información de EFE)
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