China, Rusia e Irán efectuarán ejercicios navales conjuntos en el golfo de Omán del 15 al 19 de marzo, según anunció este miércoles el Ministerio de Defensa chino en un comunicado.
“Las armadas de China, Irán y Rusia llevarán a cabo ejercicios navales en los que participará el destructor chino Nanning”, destacó el ministerio chino, que denominó a las maniobras como “Cinturón de Seguridad Marítima”.
“Los ejercicios tratarán de profundizar la cooperación práctica entre las armadas de los países participantes para demostrar su voluntad y habilidad de salvaguardar conjuntamente la seguridad marítima”, indica el comunicado.
El Ministerio de Defensa de China señaló además que las maniobras “demuestran la voluntad y capacidad de mantener conjuntamente la seguridad marítima y construir activamente una comunidad para un futuro compartido en el mar, así como inyectar energía positiva a la paz y la estabilidad regional”.
Los tres países vienen estrechando sus relaciones como un eje opositor a Occidente. En 2022, realizaron ejercicios similares en la misma zona, en los que se llevaron a cabo prácticas de tiro de artillería contra objetivos navales, maniobras tácticas conjuntas y misiones de búsqueda y rescate en alta mar.
En febrero de 2021, las tres flotas desplegaron su músculo bélico en el Océano Índico y a fines de 2019 lo hicieron en el Golfo de Omán. En las maniobras de hace dos años, la televisión estatal iraní celebró el “nuevo triángulo de poder marítimo”.
El eje Beijing-Moscú-Teherán, es gigantesco en términos demográficos, con una población en conjunto de 1.500 millones de habitantes. Enorme, desde el punto de vista geográfico, con 29 millones de kilómetros cuadrados y una economía, que en conjunto, representa más del 20% del PIB mundial. Además, con dos de sus integrantes: China y Rusia, que son parte del exclusivo club nuclear y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el respectivo derecho a veto. El nuevo Eje está dotado, igualmente, de un poderío militar, capaz de contrapesar, en las áreas de disputa, en el campo naval, terrestre y aéreo, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Previo a la guerra en Ucrania, la Triple Alianza chino-ruso-iraní se fortaleció con la guerra civil de los últimos años en Siria. Presionaron en conjunto en varios frentes para evitar que las potencias occidentales y sus socios de Oriente Medio lograran derrocar al régimen de Al Assad. De esa manera, concretaron una base de operaciones militares cerca de Irán, al sur de Rusia y al occidente de China.
Ese fue el comienzo de este eje que ahora muestra su músculo militar en el Océano Índico. Irán ya provee asistencia militar a Rusia en su invasión a Ucrania, proporcionando drones suicidas, mientras que la comunidad internacional permanece atenta a una posible colaboración del régimen chino que alteraría el tablero.
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