El cardenal más veterano del Vaticano aseguró que “están martirizando al Papa por intentar unir a las dos corrientes de la Iglesia”

Julián Herranz también aseguró que Benedicto XVI “no habría tolerado que se le usara para atacar a Francisco” y que “estaba feliz” de ver la popularidad de su sucesor

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Herranz en una foto de
Herranz en una foto de 2005 en Roma (Stefano Montesi/Corbis via Getty Images)

El cardenal español Julián Herranz, que tiene el récord de ser el que más tiempo lleva en el Vaticano, denunció los ataques que algunos sectores de la Iglesia lanzan contra el papa Francisco: “Están martirizando al Papa por intentar unir a las dos corrientes de la Iglesia”, dijo en una entrevista al diario ABC.

Herranz comenzó a trabajar para la Santa Sede en 1960 y fue creado cardenal en 2003. A lo largo de su extensa carrera fue presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y miembro de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana. Más recientemente, fue encargado de investigar de la fuga de documentos conocida como “Vatileaks”.

Acaba de terminar un libro con su testimonio personal sobre Benedicto XVI y Francisco, de quienes ha sido colaborador cercano durante ambos pontificados.

En la entrevista, Herranz dijo que, pese a los ataques contra el pontífice, no cree que haya una oposición al Papa en la curia: “Soy consciente de que a mi edad es legítimo dudar de la validez de mis opiniones, pero no vivo aislado y conozco el ambiente de la Curia. Por eso me atrevería a negar la evidencia de esa ‘oposición’”, dijo al diario español.

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Herranz comenzó a trabajar para la Santa Sede en 1960 y fue creado cardenal en 2003 (NA)

También aseguró que el papa emérito Benedicto, fallecido el 31 de diciembre de 2022, “no habría tolerado que se le usara para atacar a Francisco” y que “estaba feliz” de ver la popularidad de su sucesor.

“Benedicto hablaba libremente conmigo, no necesitaba medir sus palabras. Jamás le oí comentarios o juicios negativos sobre Francisco. Fue fiel a la promesa de lealtad y obediencia que hizo con su renuncia”, dijo Herranz. “He leído que echó del ‘Mater Ecclesiae’ [la residencia del papa emérito] a uno que fue allí para hablar mal del Papa. A mí, una vez me confió que estaba feliz de ver cuánto cariño y simpatía despertaba Francisco entre la gente”.

Según Herranz, lejos de haber una contraposición entre ambos papas, “los dos han hecho brillar dos facetas del Evangelio”.

“Con Benedicto XVI brilla la fe y la búsqueda de la verdad contra la dictadura del relativismo; con Francisco, la práctica del amor al prójimo, especialmente con los más pobres y necesitados”, evaluó.

En otra entrevista, con el medio Omnes, Herranz ahondó sobre este punto.

“Es evidente la diferencia en cuanto al contenido o prioridad pastoral de uno y de otro pontificado. Benedicto puso el acento en la Fe, Francisco en la Caridad; Benedicto en la Verdad, Francisco en el Amor; Benedicto en la dimensión ‘vertical’ del Evangelio, el culto y amor a Dios, Francisco en la dimensión ‘horizontal’, el servicio y amor al prójimo”, dijo. “Pero es obvio -por encima de cualquier manipulación ideológica o político-financiera- que entre esa diversidad de proyectos o directrices pastorales no hay contradicción u oposición, sino armonía y complementariedad”.

Julián Herranz acaba de terminar
Julián Herranz acaba de terminar un libro con su testimonio personal sobre Benedicto XVI y Francisco, de quienes ha sido colaborador cercano durante ambos pontificados.

En otra entrevista reciente para la radio española COPE, Herranz afirmó haber visto a Ratzinger vivir virtudes específicas de persona santa.

“En mi alma, este Papa es un Papa Santo, yo ya en vida lo canonizo porque ha hecho y está viviendo un gesto que refleja el carácter heroico de dos virtudes fundamentales sobre las cuales se edifica todo la santidad cristiana”, dijo. “Estas virtudes son la humildad heroica de haber cedido su poder, que esto hoy no lo hace nadie ni hoy ni ayer ni probablemente mañana, porque el apego al poder, el Dios poder, es una tendencia para querer contar. La humildad con la cual cede el poder viene motivada por una razón de amor y ahí está lo siguiente. Una humildad heroica, porque es un gesto de amor a la Iglesia”.

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