Un masivo incendio arrasó este domingo un tercio de los asentamientos familiares de uno de los campamento rohinyá en Bangladesh, dejando 12.000 miembros de está comunidad de desplazados justo cuando los recortes de ayuda humanitaria complican la vida de los refugiados llegados desde la vecina Birmania
“Las llamas ardieron durante unas tres horas en el Campamento 11, que es administrado por la OIM, hasta que los Voluntarios de la Unidad de Seguridad para Refugiados Rohingya capacitados en extinción de incendios, los bomberos y las autoridades locales lograron contener el fuego”, informó en un comunicado la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.
Se trata de uno de los campamentos de Kutupalong Balukhali, administrado por la Organización Internacional de la Migración (OIM), en el distrito de Cox's Bazar, en el sur de Bangladesh.
“Visitamos hoy el campamento y tomamos la declaración de los testigos. Tenemos que encontrar el origen del fuego”, dijo a la agencia de noticias EFE el juez de distrito Abu Sufian, a cargo de la investigación.
Entre los interrogados figura un joven rohinyá que fue detenido por la Policía bajo la sospecha de que fuera el responsable del incendio, agregó Sufian, con el objetivo de comprobar si hubo algún intento de sabotaje en el masivo incendio, que se produce cuando los recortes de ayuda humanitaria complican la ayuda de los refugiados.
De acuerdo con ACNUR, se desplegaron 16 unidades de extinción de incendios desde todos los campamentos que ayudaron a sofocar las llamas en las áreas afectadas.
El responsable del parque de bomberos de la localidad, Emdadul Haque, explicó a EFE que el fuego se inició durante las primeras horas de la tarde y fue controlado unas tres horas y media más tarde.
Nadie resultó herido o muerto en el incendio, pero muchos refugios fueron destruidos, indicó.
De acuerdo con la agencia de la ONU para los refugiados, unos 12.000 refugiados desplazados, más de un tercio de los 32.200 habitantes en el campo 11, más de 2.000 refugios quedaron destruidos, y más de 90 instalaciones dañadas, incluidos hospitales y centros de aprendizaje.
Los masificados campamentos de refugiados rohinyás son muy vulnerables a incendios por la deficiencia de las instalaciones, su masificación, y las frágiles chozas de madera, bambú y plástico que son mayoría en el área.
La situación de los refugiados de Bangladesh es cada vez más compleja. La ONU ha hecho numerosos llamados a los donantes debido a la escasez de fondos que obligó a recortar la asistencia alimentaria en los campamento.
Unos 738.000 rohinyás, minoría birmana de etnia bengalí y religión musulmana, llegaron a los campamentos del sureste de Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del ejército de la vecina Birmania, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica con visos de genocidio.
(Con información de EFE)
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