Un año después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, 345 menores ucranianos siguen desaparecidos. Uno de ellos es Arina Yatsiuk, una chica de 15 años secuestrada por soldados rusos tras el asesinato de sus padres.
El hecho ocurrió a principios de marzo de 2022, cuando su familia dejó su casa, no lejos de Kiev, para buscar refugio ante el avance de las tropas invasoras en la zona. A unos 15 kilómetros, la familia se encontró con un grupo de soldados que dispararon contra su auto, asesinando a los padres. Arina y a su hermana Valeria, de nueve años, fueron entonces secuestradas en diferentes autos. Sin embargo, Valeria fue encontrada más tarde en un pueblo cercano, parada en la carretera. Arina no apareció más.
Grandes sueños
Aunque la hermana menor logró quedarse en Ucrania, no se sabe que pasó con su hermana Arina, cuya desaparición se registró oficialmente al día siguiente del tiroteo, el 3 de marzo.
La tía de Arina, Oksana Yatsiuk, explicó a CNN que su familia busca desde hace un año a la niña, de ojos castaños oscuros y frenillos .
“Ella tenía grandes sueños, pero los ‘libertadores rusos’ decidieron quitarle todo. Cuando la encontremos, la seguiremos apoyando en sus planes’', explicó la tía de la niña.
La familia está convencida de que Arina, que ahora tiene 16 años, todavía está viva, pero en cautiverio en Rusia.
“Envié una carta oficial a todos los hospitales, ministerios e instituciones de Ucrania y Bielorrusia sobre su desaparición, pero hasta ahora nadie ha podido decirme dónde está”, explicó la tía a la cadena estadounidense. “Ella no tenía documentos, por lo que ni siquiera se registró el cruce de la frontera, y su ADN no se encontró en la lista oficial de fallecidos”, agregó.
Testigo de un crimen de guerra
El gobierno ucraniano afirma que muchos de los niños desaparecidos han sido llevados a Rusia por la fuerza. El gobierno ruso no niega haberse llevado a niños ucranianos; de hecho, dice que los está “salvando”.
Una voluntaria rusa que está ayudando a la familia a encontrar a Arina también cree que la niña fue llevada a un hospital en Rusia y que ha estado allí desde entonces.
“Arina es testigo de un crimen de guerra. Si su hermana no entendió que mataron a sus padres, ella seguro que sí lo entendió, ella misma resultó herida”, dijo a CNN Marina Lipovetska , directora de la organización ucraniana Magnolia, que se ocupa de los casos de niños desaparecidos.
Magnolia ha recibido hasta ahora más de 2.600 consultas relacionadas con niños desaparecidos, más que el número total que ha recibido en los últimos 20 años. “Antes de la guerra, la mayoría de los casos eran fugas, pero ahora la mayoría están directamente relacionados con acciones militares”, explicó a la cadena estadounidense.
Rusificación forzosa
Aunque todavía no hay confirmación de cuántos niños ucranianos fueron llevados a Rusia y dónde están, los propios ucranianos fueron testigos del secuestro de niños al comienzo de la invasión, cuando los líderes prorrusos de Donetsk y Luhansk ordenaron la evacuación masiva de civiles. Según funcionarios rusos, la evacuación incluía a niños que vivían en orfanatos e internados en las dos zonas controladas por los separatistas.
Según declaraciones de funcionarios regionales rusos, 400 niños fueron enviados a un centro de Rostov del Don, cerca de la frontera entre Rusia y la Ucrania ocupada, en los primeros días de la guerra.
En abril, la oficina de Maria Lvova-Belova, Comisionada rusa para los derechos de la infancia, declaró que unos 600 niños procedentes de Ucrania habían sido internados en orfanatos de Kursk y Nizhni Nóvgorod antes de ser enviados a vivir con familias de la región de Moscú.
A mediados de octubre, 800 niños procedentes de la zona oriental ucraniana de Donbás vivían en la región de Moscú, muchos de ellos con familias, según el gobernador regional de Moscú.
Algunos de los niños han acabado a miles de kilómetros y varios husos horarios de Ucrania. Según la oficina de Lvova-Belova, los niños ucranianos han sido enviados a vivir en instituciones y con familias de acogida en 19 regiones rusas diferentes, incluidas las regiones de Novosibirsk, Omsk y Tyumen, en Siberia, y Murmansk, en el Ártico.
La propia Lvova-Belova adoptó a un chico de 15 años de Mariupol, según declaraciones oficiales.
Rusia también habla abiertamente de sus esfuerzos para “rusificar” a los niños traídos de Ucrania.
Una nueva ley rusa que entró en vigor en mayo ha facilitado mucho la concesión de la ciudadanía rusa a los ucranianos, siempre que sean “huérfanos, niños sin el cuidado de sus padres o personas incapacitadas”. Los niños ucranianos que reciben la ciudadanía rusa también participan en actividades, campamentos y excursiones nacionalistas, además de ser enviados a escuelas “patrióticas”.
Mientras tanto, el viernes se cumplió el primer aniversario de la desaparición de Arina Yatsiuk.
Su hermana menor, Valeria, ha sido adoptada formalmente por sus tíos. La tía dijo a CNN que la niña estaba recibiendo apoyo psicológico y que poco a poco iba aceptando la horrible realidad de que sus padres habían sido asesinados.
“Sigue preguntando por su hermana, se preocupa por ella y la está esperando”, dijo.
“Todos creemos que está viva y que pronto la encontraremos. Estamos considerando todas las opciones, incluida la posibilidad de que ya haya sido adoptada”, añadió.
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