Rusia sufrió más bajas en Ucrania que en cualquier otro conflicto desde la Segunda Guerra Mundial

El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales estima que que entre 200.000 y 250.000 soldados resultaron, muertos, desaparecido o heridos durante el primer año de lainvasión. La cifra incluye militares rusos regulares, milicianos y mercenarios

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Esta fotografía tomada el 11 de septiembre de 2022 muestra a un soldado ucraniano encima de un tanque ruso abandonado cerca de un pueblo en las afueras de Izyum, en la región de Kharkiv, en el este de Ucrania, en medio de la invasión rusa de Ucrania (AFP)
Esta fotografía tomada el 11 de septiembre de 2022 muestra a un soldado ucraniano encima de un tanque ruso abandonado cerca de un pueblo en las afueras de Izyum, en la región de Kharkiv, en el este de Ucrania, en medio de la invasión rusa de Ucrania (AFP)

El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) estima que Rusia ha sufrido más bajas en un solo año en Ucrania que en cualquier otro conflicto en que haya participado desde la II Guerra Mundial, y que las fuerzas rusas se encuentran ahora enfangadas en una “guerra de desgaste” que requerirá, con casi total certeza, del apoyo a largo plazo de Occidente si quiere que Kiev salga victorioso del conflicto.

Ucrania, en febrero de 2023, se ha convertido en “una guerra de trincheras, ataques por oleadas, artillería y elevadas bajas por ambas partes”, de acuerdo con los expertos del centro estadounidense, con sede en Washington D.C. En el caso de Rusia, creen que 25 veces más militares mueren al mes en Ucrania que en la guerra de Chechenia y 35 veces más que en Afganistán en el mismo periodo.

Concretamente, según el grupo, Rusia ha padecido entre 60.000 y 70.000 muertes en combate en Ucrania entre febrero de 2022 y febrero de 2023, entre militares regulares, combatientes de las milicias prorrusas, y contratistas de empresas militares privadas como el Grupo Wagner. Esta cifra de muertos supera al número combinado de caídos de todos los conflictos con presencia soviética o rusa desde 1945.

En general, Rusia ha sufrido entre 200.000 y 250.000 bajas en total (contando personal herido, muerto y desaparecido) durante el primer año de la guerra. Estas estimaciones de bajas también incluyen soldados rusos regulares, milicianos y contratistas privados.

Todo esto ocurre ahora a un ritmo ralentizado sensiblemente desde el intento de “invasión relámpago” protagonizado por Moscú hace un año. Ninguno de los bandos, percibe el CSIS, ha ganado mucho territorio desde las exitosas ofensivas de Ucrania a finales del año pasado, y las bajas siguen aumentando.

Ambos ejércitos han sufrido daños significativos en sus sistemas de armas -Rusia ha perdido aproximadamente el 50 por ciento de sus tanques de batalla principales modernos T-72B3 y T-72B3M desde que comenzó la guerra- con los que enfrentarse a lo largo de casi 1.000 kilómetros de frente de combate.

Espíritu innovador

Militares ucranianos disparan un obús autopropulsado 2S5 Giatsint-S contra las tropas rusas a las afueras de la ciudad de Bakhmut, en medio del ataque de Rusia contra Ucrania, en la región de Donetsk, Ucrania, el 5 de marzo de 2023. REUTERS/Anna Kudriavtseva
Militares ucranianos disparan un obús autopropulsado 2S5 Giatsint-S contra las tropas rusas a las afueras de la ciudad de Bakhmut, en medio del ataque de Rusia contra Ucrania, en la región de Donetsk, Ucrania, el 5 de marzo de 2023. REUTERS/Anna Kudriavtseva

Los expertos aplauden que Ucrania está combatiendo “extremadamente bien” contra un enemigo superior en recursos materiales, en parte gracias al carácter “innovador” demostrado por el Ejército ucraniano, como ejemplifica el uso de aviones no tripulados, una táctica impulsada desde los escalafones más bajos de las filas, merced a la flexibilidad de la cadena de mando hacia nuevas ideas.

Ucrania no es el primer país en utilizar aviones no tripulados en la guerra convencional, pero el CSIS destaca, en este caso, el “empleo de una amplia variedad de estos aparatos en un gran número de misiones”, así como su integración para atacar conjuntos de objetivos más sofisticados, en comparación a escenarios previos de combate.

A ello se añade el uso que hace Ucrania del sistema Starlink para integrar algunos de sus sistemas, otra innovación táctica que ha permitido a Ucrania superar las interferencias rusas. Este sistema es una constelación de satélites de propiedad comercial desarrollada por SpaceX para proporcionar Internet de banda ancha de alta velocidad y baja latencia utilizando satélites avanzados en órbita terrestre baja.

En el ‘debe’ cabe apuntar cierta reticencia del Gobierno ucraniano sobre la flexibilidad exhibida por los militares. Según las entrevistas del CSIS, la falta de apoyo oficial del Gobierno ucraniano desalienta la adopción de sistemas hechos por voluntarios, lo que impide que los militares amplíen su uso a toda la fuerza.

Algunos oficiales temen las consecuencias de usar un sistema para el que no tienen permiso del Gobierno. Otros carecen del hardware de comunicaciones necesario para aprovechar software potencialmente valioso.

Sin embargo, los expertos del CSIS recuerdan que esta innovación no es suficiente. Es un proceso “inherentemente arriesgado, que puede contribuir a una falsa teoría de la victoria” por una excesiva rapidez a la hora de aplicar estos avances en el campo de batalla.

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Más armas

Ucrania necesita, por ello y según el grupo de expertos, una gran cantidad de suministros más convencionales para mantener el ritmo de los combates en un conflicto sin final a la vista. “Occidente”, explican, “debe prepararse para una larga guerra y para prestar apoyo a Ucrania a largo plazo, Estados Unidos incluido”.

El país, aducen, ahora necesita sistemas avanzados para llevar a cabo operaciones ofensivas en una guerra prolongada, como sistemas de defensa aérea, artillería de largo alcance, vehículos blindados, aviones de combate y municiones, junto con repuestos. “Este tipo de municiones, sistemas de armas y material son esenciales para ayudar a las fuerzas ucranianas a realizar contraataques efectivos contra las fuerzas rusas atrincheradas”, explican.

Todo ello porque Rusia, recuerda el grupo, “todavía lleva ventaja a Ucrania en cantidad de municiones y calidad de algunos sistemas de armas, como la artillería de largo alcance, por no mencionar la capacidad naval. “La ayuda militar de EEUU y otros países occidentales hasta la fecha ha sido útil, aunque a veces demasiado lenta. En el futuro, las bases industriales de defensa de EEUU y Occidente serán esenciales para una larga y agotadora guerra de atrición”, concluye el grupo.

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