Decenas de alumnas fueron hospitalizadas este martes en la región de Teherán por un nuevo caso de envenenamiento en colegios de mujeres, atribuidos a sectores opuestos a la escolarización de las niñas en la República Islámica de Irán.
Unas 35 estudiantes de la escuela femenina de Khayyam, en Pardis, una ciudad aledaña a Teherán, “fueron trasladadas al hospital” tras sentirse indispuestas por la mañana, informó la agencia de prensa Tasnim.
Ninguna de las jóvenes se encuentra en estado grave. Todas habían inhalado en el establecimiento unas sustancias gaseosas, cuya naturaleza se desconoce.
Desde finales de noviembre, la prensa iraní ha informado de cientos de casos por envenenamiento respiratorio de niñas de unos 10 años, en escuelas de la ciudad santa de Qom, en el centro del país. Algunas tuvieron que ser brevemente hospitalizadas.
El Ministerio de Salud explicó el domingo que “ciertos individuos” buscaban, con estos actos, “que todas las escuelas, en particular las escuelas de chicas, cerrasen”.
Los sospechosos utilizan “compuestos químicos disponibles” en el mercado, precisó el ministerio, que descartó sustancias “de uso militar”.
Estos casos han provocado una ola de indignación en el país, donde se ha criticado el silencio de las autoridades ante un número cada vez mayor de establecimientos afectados.
El jefe de la Policía Nacional, Ahmadreza Radan, anunció el martes que sus agentes estaban “identificando a posibles sospechosos”. De momento, no se anunció ningún arresto relacionado con el asunto.
“Todos los servicios del Estado intentan atajar los temores de la población”, agregó, citado por Tasnim.
En el Parlamento se organizó una “reunión de emergencia” para investigar el caso, en la que participaron los ministros de Educación, Inteligencia y Salud, informó la agencia Fars.
“Fanáticos misóginos”
Algunos activistas compararon a los autores de estos ataques con los talibanes de Afganistán y con los yihadistas de Boko Haram en África occidental, que se oponen a la escolarización de las niñas.
El caso coincide con el movimiento de protesta que sacude a Irán desde la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una kurda-iraní de 22 años, que estaba bajo custodia policial por supuestamente violar el estricto código de vestimenta que rige en Irán y que, entre otras cosas, obliga a las mujeres a llevar velo en público.
El diputado de Qom Ahmad Amiri Farahani denunció los ataques como un “acto irracional” y precisó que los habitantes de la ciudad santa “apoyan la escolarización de las niñas”.
La educación para todos es obligatoria en Irán y en las universidades el número de alumnas supera al de los varones.
La ex vicepresidenta Masumeh Ebetkar (reformista) instó el martes al régimen a “acabar de una vez por todas con los fanáticos misóginos”.
Un dignatario chiita, el ayatolá Javad Aalvi-Boroujerdi, lamentó las “declaraciones contradictorias de las autoridades” acerca del origen del caso.
“Un responsable menciona el envenenamiento intencionado, mientras que otro acusa a fallas en el sistema de calefacción (...). Unas contradicciones que refuerzan la desconfianza de la gente hacia el Estado”, consideró, según declaraciones recogidas por la agencia Shafaqna.
(Con información de AFP)
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