El gigante petrolero polaco PKN Orlen anunció este sábado que Rusia dejó de suministrarle petróleo a través del oleoducto Druzhba, que suponía cerca del 10% de sus necesidades de crudo.
“Las entregas a través del oleoducto Druzhba hacia Polonia fueron interrumpidas por la parte rusa”, indicó el grupo polaco en un comunicado transmitido a la agencia de noticias AFP.
Orlen dijo que el movimiento no afectaría a los clientes polacos y que todas las entregas de petróleo a partir de ahora llegarían por vía marítima.
El anuncio se produce un día después de que la Unión Europea aprobó una nueva ronda de sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania. Polonia indicó días antes que seguía adquiriendo el 10% de su suministro de Moscú, pese a exigir sanciones mayores al crudo ruso.
Polonia declaró el año pasado que tenía un “plan radical” para terminar toda importación de petróleo ruso para finales de 2022. Pero el país aún tenía un contrato en vigor con la compañía rusa Tatneft, según advirtió en el parlamento el viceministro de bienes de Estado, Maciej Malecki.
Esto significa que Polonia seguía comprando 200.000 toneladas de crudo a Rusia cada mes.
De acuerdo con Malecki, la compañía estatal “declaró enérgicamente que dejaría de comprar petróleo ruso tan pronto como se introdujera un embargo de la UE”.
En los últimos años, Polonia ha diversificado sus suministros de petróleo y gas y, de acuerdo con Malecki, el contrato con Tatneft era el “único” contrato de energía con Rusia.
El décimo paquete de sanciones de la UE apunta directamente contra la industria militar rusa
La Unión Europea adoptó el décimo paquete de sanciones contra Rusia, que incluye, entre otras cuestiones, un veto a la exportación de tecnología de uso militar y medidas contra empresas iraníes que suministran drones a Moscú.
Los Veintisiete llegaron a un acuerdo a nivel de embajadores este viernes “in extremis”, coincidiendo con el primer aniversario de la guerra en Ucrania, y se dieron hasta las 11:30 horas de hoy para refrendar lo pactado. Las sanciones serán publicadas en las próximas horas en el Diario Oficial de la UE como último paso.
El paquete acordado incluye, por ejemplo, restricciones más estrictas a la exportación de tecnología y productos de doble uso, medidas restringidas selectivas contra personas y entidades que apoyen la guerra, difundan propaganda o entreguen drones utilizados por Rusia en la guerra.
También incluye 47 componentes electrónicos que Rusia puede utilizar en sus sistemas armamentísticos, como pueden ser drones, misiles y helicópteros, de tal manera que teniendo en cuenta los nueve paquetes anteriores se habrán prohibido ya todos los productos tecnológicos encontrados en el campo de batalla.
El décimo paquete de represalias contra el Kremlin sanciona además a siete empresas iraníes vinculadas a la Guardia Revolucionaria que fabrican los drones que Teherán está dando a Moscú para bombardear Ucrania e inicia el procedimiento para suspender las licencias de emisión a RT Arabic y Sputnik Arabic.
Las nuevas medidas incluyen a 121 individuos y empresas rusas, entre ellos a miembros del Ejército “responsables de la deportación y adopción forzada de al menos 6.000 menores ucranianos”, destacó Borrell. “Esta es una clara violación del derecho internacional, incluida la convención de Ginebra”, como planteé en el Consejo de Seguridad de la ONU, explicó.
De la misma forma, introduce nuevas obligaciones de información con respecto a los fondos y recursos económicos de personas y entidades sancionadas, así como sobre reservas y activos del Banco Central de Rusia inmovilizados por los Estados miembros.
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