Amnistía Internacional ha denunciado la muerte bajo custodia y con indicios de tortura del manifestante Ebrahim Rigi el pasado miércoles, en lo que ha descrito como un “nuevo y horrible asalto contra el derecho a la vida perpetrado por las autoridades iraníes”.
Según fuentes de la ONG, las autoridades iraníes presionaron a la familia de Rigi, de 24 años y origen baloche, para que enterraran el cadáver sin que se le realizara una autopsia.
Asimismo, Amnistía acusa a las autoridades iraníes de haber proporcionado a la familia “información contradictoria sobre las circunstancias de su fallecimiento, entre ellas achacar su muerte por un ataque al corazón, para evadir responsabilidades”.
Fuentes informadas de Amnistía aseguran que un informe forense redactado nada más fallecer Rigi constata que murió como consecuencia de una paliza bajo detención, solo una hora después de su arresto en Zahedán, en la provincia de Sistán y Baluchistán, uno de los epicentros de las protestas contra las autoridades que estallaron en septiembre del año pasado por la muerte, también bajo custodia, de la joven Mahsa Amini, presuntamente por llevar mal puesto el velo islámico.
“Cualquier sospechoso de responsabilidad por la tortura y muerte bajo custodia de Ebrahim Rigi debe ser objeto de una investigación criminal y obligado a rendir cuentas en procedimientos justos”, ha añadido.
El comunicado de AI expresa que “la muerte bajo custodia del manifestante baluchi de 24 años Ebrahim Rigi, el 22 de febrero, en medio de pruebas que apuntan a la tortura, muestra una vez más el horrible ataque de las autoridades iraníes al derecho a la vida”
“Ebrahim Rigi murió en una comisaría una hora después de su detención por fuerzas de seguridad vestidas de civil. Fuentes informadas dijeron que lo golpearon cuando lo arrestaron en la calle. Una evaluación forense inicial de su cuerpo apunta a palizas posteriores mientras estuvo bajo custodia en la comisaría”, continúa.
Según información obtenida por Amnistía Internacional, los agentes llegaron a la comisaría una hora después de la detención de Ebrahim Rigi y, tras una evaluación inicial, dijeron que había muerto a consecuencia de los golpes y que había sufrido heridas después de ser detenido.
En ese sentido, Amnistía Internacional exige que “todos los sospechosos razonables de responsabilidad por la tortura y muerte bajo custodia de Ebrahim Rigi deben ser investigados penalmente y obligados a rendir cuentas en procedimientos justos”.
Las ONG Iran Human Rights y Hrana han denunciado que entre 488 y 527 personas han muerto durante la represión a las protestas por la muerte de Amini.
(Con información de EP)
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