El secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, acusó al príncipe Harry de “jactarse” de haber matado a 25 milicianos talibanes mientras servía en el ejército británico en Afganistán y dijo que había “defraudado” a sus antiguos colegas.
En sus memorias, Spare (En la sombra), el príncipe Harry relata su época como artillero de un helicóptero de ataque Apache durante su segunda misión en Afganistán. Dijo que en la “era de los Apaches y los ordenadores portátiles” era posible establecer “con exactitud cuántos combatientes enemigos había matado”.
“Y me pareció esencial no tener miedo de esa cifra. Así que mi número es 25. No es un número que me llene de satisfacción, pero tampoco me avergüenza”, escribió.
Harry, en el libro, también admitió que deshumanizaba a los que mataba en combate. “Cuando me vi inmerso en el calor y la confusión del combate no pensé en aquellos 25 como personas”, escribió. “Eran piezas de ajedrez eliminadas del tablero. Gente mala eliminada antes de que pudiera matar a gente buena”.
El príncipe Harry sirvió a Afganistán dos veces bajo un estricto secreto para no ser blanco particular de los talibanes, que de saber que estaba en su tierra podrían haber intentado llegar a él, lo que hubiera significado un riesgo mayúsculo para las tropas británicas. Finalmente debió volver al Reino Unido cuando se supo de su presencia en Medio Oriente, pero regresó al combate en 2012 a Camp Bastion, en la provincia de Helmand, entrenado para pilotar helicópteros Apache.
Ben Wallace fue oficial de la Guardia Escocesa y sirvió en Irlanda del Norte, Alemania, Chipre y Centroamérica durante la década de 1990. También trabajó como oficial de inteligencia.
Preguntado por la emisora de radio LBC sobre cuántas personas había matado durante su tiempo en las fuerzas armadas, el ministro declaró: “Mira, creo que tendrías que preguntarle al príncipe Harry... Francamente creo que alardear de recuentos o hablar de recuentos hace dos cosas: distorsiona el hecho de que el ejército es un juego de equipo. Para que un infante llegue a lo más alto, esa persona cuenta con el apoyo de cientos de personas detrás de él, ya sea en el cuartel general en Gran Bretaña, ya sea en el cuerpo logístico real, que le ayudaron a llegar hasta allí. Es un equipo, así que no se trata de quién dispara más o quién no dispara más”, dijo.
“Si empiezas a hablar de quién hizo qué, lo que estás haciendo en realidad es defraudar a todas esas otras personas, porque no eres mejor persona porque tú lo hiciste y ellos no”, aseguró Wallace.
Hasta ahora, el gobierno había evitado criticar directamente a Harry por sus memorias.
Ola de críticas de los veteranos
Las críticas de Wallace se suman a otras realizadas por varios veteranos de Afganistán que dijeron que el príncipe había roto una “regla no escrita” al revelar las bajas producidas.
El coronel retirado Tim Collins, quien dirigió un batallón en Irak en 2003, dijo que “Harry se volvió contra la otra familia, la militar, que una vez lo abrazó, tras haber destrozado a su familia biológica”.
Otros criticaron la revelación de su historial militar también por considerarla una imprudencia en una persona pública que puede llegar a ser un objetivo de extremistas en todo el mundo.
El ex comandante de la Marina Real Ben McBean instó al Duque de Sussex a “callarse”.
“Ya tiene una gran diana en la espalda y puede que haya crecido un poco más. Pero está en Estados Unidos, tiene seguridad... aquí en el Reino Unido podrían pensar que no podemos llegar a Harry, pero podríamos ir a sus antiguos cuarteles... siempre eres un objetivo de todos modos, pero creo que exacerbar las cosas y sacar números no ayuda realmente”, dijo McBean a medios locales.
Por su parte, el coronel retirado Richard Kemp calificó los comentarios de Harry de “desacertados” y advirtió de que podían haber comprometido su seguridad y provocar la venganza de los terroristas. Kemp, quien fuera enviado a Kabul en 2003 para asumir el mando de las fuerzas en Afganistán, declaró a BBC: “Creo que se equivoca cuando dice en su libro que los insurgentes eran vistos prácticamente como no humanos -subhumanos quizás-, sólo como piezas de ajedrez que había que derribar”.
“Ese no es el caso en absoluto. Esa no es la forma en que el Ejército Británico entrena a la gente como él afirma... Así que creo que está dando una impresión equivocada cuando hace ese tipo de comentarios - esa no es la forma en que el Ejército Británico ve las cosas”, refutó Kemp.
Pero además, Kemp fustigó a Harry por el riesgo de seguridad que podrían significar sus palabras: “No sólo ha ido demasiado lejos al hablar de esto en términos de sí mismo, sino que puede tener repercusiones para otros. Como miembro de la Familia Real tiene que aceptar ser una especie de embajador del Reino Unido, por lo que sus comentarios pueden afectar a la seguridad de sus antiguos camaradas en operaciones en el extranjero...”.
Incluso el propio instructor militar de Harry, Michael Booley, afirmó que se quedó “asombrado” por cómo el príncipe relató su época en Afganistán y dijo que su testimonio sobre uno de sus vuelos de entrenamiento era “inexacto”.
“Estoy asombrado por esto. Incluso en estado de shock”, declaró.
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