La organización Human Rights Watch alertó sobre la situación del disidente ruso Andrei Pivovarov, antiguo director de la ONG Open Russia, y denunció su desaparición forzada.
Según denunció su familia y su abogado, la última noticia que recibieron del preso político data de hace un mes -el 18 de enero pasado- cuando les fue notificado su traslado de una prisión en San Petersburgo a una colonia penitenciaria en la región de Karelia. Desde entonces, afirman que las autoridades rusas se han negado a brindarles una actualización de su paradero o de su estado.
Tatyana Usmanova, esposa de Andrei Pivovarov, declaró: “No sabemos si está vivo, si se encuentra bien, si lo están torturando o maltratando de alguna manera. No sabemos nada y es extremadamente duro”.
Inclusive, han presentado quejas formales por medio de cartas y solicitudes a las prisiones de la zona y al Servicio Penitenciario Estatal de Rusia pero éstas han sido desestimadas ya que la legislación rusa no inlcuye la obligación de informar respecto al bienestar y el paradero de los reclusos durante los traslados, que suelen demorarse hasta semanas.
Pivovarov, de 41 años, fue encarcelado en 2021 y condenado a cuatro años de prisión por dirigir una “organización indeseable”.
“Tras encarcelarlo por cargos infundados, las autoridades rusas han violado aún más los derechos de Andrei Pivovarov al hacerlo desaparecer por la fuerza”, delcaró la investigadora para Europa y Asia Central de HRW, Damely Aitkhozhina.
Amnistía Internacional apoyó, por su parte, el reclamo de la organización y denunció también que este caso representa una desaparición forzada. En ese sentido, la directora del grupo para Rusia, Natalia Zvyagina, calificó de “nefasto” el sistema de traslado de presos del país e instó a las autoridades a revelar de inmediato el paradero de Pivovarov y ponerlo en libertad.
Está “cumpliendo una condena injusta por cargos de motivación política por un ‘delito’ que no existe en el derecho internacional”, continuó.
La detención del opositor de mayo de 2021 se dio en un clima de extrema persecución. Pivovarov fue desembarcado de un vuelo que cubría la ruta San Petersburgo - Varsovia, en el cual planeaba exiliarse a pocos días de haber disuelto su ONG a fin de proteger a los miembros de la persecución judicial que las autoridades habían emprendido tras declararla organización “indeseable”. Para ello, el Kremlin se basó en una ley que data del 2015, en la que se tipifica como un delito la pertenencia a este tipo de agrupaciones.
Así, fue acusado de apoyar a un candidato local en nombre de una de éstas organizaciones y cuyas justificaciones recaen en posteos de las redes sociales, los cuales él rechazó. Sin embargo, fue declarado culpable y condenado pocos meses más tarde.
En una entrevista concedida a la agencia AP mientras estaba tras las rejas, Pivovarov declaró que su detención fue una sorpresa: “Por decirlo suavemente, es una sensación increíble cuando un avión se da la vuelta en la pista por tu culpa”. De todas formas, la condena no le resultó una novedad ya que intuía que el tribunal fallaría de la manera en que lo hizo.
“En el verano de 2022, el campo político estaba completamente purgado. Los que no se habían marchado acabaron entre rejas como yo”, agregó al respecto.
(Con información de Europa Press y AP)
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