Los trabajadores de la Fuerza británica de Fronteras, encargados del control de inmigración, iniciaron este viernes en el puerto de Dover, en el sureste de Inglaterra, un paro de cuatro días en demanda de mejoras salariales.
El Ministerio de Interior ha avisado a las personas que ingresen estos días por Dover que pueden afrontar retrasos.
No obstante, las autoridades británicas han dispuesto el despliegue de personal militar para hacer estos controles de pasaportes a fin de minimizar la alteración en la frontera.
Además, el personal de ambulancias en West Midlands, centro de Inglaterra, e Irlanda del Norte también van al paro en demanda de una mejora salarial por el elevado coste de la vida, después de que la inflación interanual británica se situara en enero en el 10,1%.
Este paro, convocado por el sindicato Unite, no afectará los servicios de emergencia de categoría 1, que incluye casos como un ataque cardíaco u otros que puedan poner en peligro la vida de una persona.
Debido al aumento del coste de vida, el Reino Unido ha vivido en los últimos meses una serie de paros que han secundado distintos sectores -personal de correos, trenes, autobuses, de la sanidad o funcionarios públicos- en reclamo de un incremento salarial.
El país registró en 2022 el mayor número de días laborables perdidos por conflictos laborales en más de 30 años, según mostraron el martes datos oficiales.
La Oficina Nacional de Estadística (ONS) señaló que el año pasado se perdieron casi 2,5 millones de días laborables por acciones sindicales, la cifra más alta desde 1989, cuando se perdieron 4,1 millones de días.
Con la inflación en su nivel más alto de las últimas cuatro décadas, los trabajadores de diversos sectores, desde maquinistas hasta profesores y personal sanitario, han convocado huelgas en los últimos meses.
Los datos de la ONS indican que sólo en diciembre se perdieron 843.000 días de huelga, con el personal de las fuerzas fronterizas, unos 100.000 enfermeros y miles de trabajadores de ambulancias entre los que organizaron paros en vísperas o durante el periodo navideño.
Aunque se han resuelto algunos conflictos de menor envergadura, los más notorios muestran pocos signos de remitir.
El Gobierno británico se ha negado hasta ahora a ceder en lo que respecta a los salarios del sector público y, en su lugar, está endureciendo la legislación para dificultar la huelga en sectores clave.
Afirma que los aumentos salariales exigidos son inasequibles y que igualar la inflación no haría sino agravar el problema.
(Con información de EFE, Reuters y AFP)
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