Australia anunció este viernes el envío de expertos en desastres a Nueva Zelanda para ayudar en las tareas de rescate tras el paso del ciclón Gabrielle, que dejó al menos siete muertos.
Los 25 expertos australianos, que asistirán a los servicios de emergencia neozelandeses, serán desplegados en las próximas 24 horas en la Isla Norte, región fuertemente azotada por Gabrielle, que tocó tierra en la zona más septentrional del país el domingo pasado.
“Estamos enviando a algunos de nuestros mejores expertos en respuesta y rescate para ayudar a nuestros amigos en Nueva Zelanda”, dijo en un comunicado el ministro australiano de Gestión de Emergencias, Murray Watt, al agregar que “lamentablemente” su país se ha especializado en estos desastres.
En medio del frenético trabajo de rescate, recuperación, restauración de servicios y entrega de ayuda humanitaria, las autoridades neozelandesas elevaron este viernes la cifra de fallecidos por el desastre de cinco a siete, entre ellos un niño de dos años y dos bomberos voluntarios.
Se teme que esta cifra se eleve debido a que la Policía ha recibido reportes de que no se ha podido contactar a más de 3.500 personas, aunque esperan que esto se deba a problemas en los sistemas de telecomunicaciones que fueron dañados por Gabrielle.
Como medida de “precaución”, las autoridades han establecido dos morgues temporales en la región de Hawke’s Bay para “garantizar que las víctimas mortales puedan ser tratadas con cuidado y respeto, y de acuerdo con los procesos forenses”, según declaró un portavoz policial a la cadena pública neozelandesa TVNZ.
No obstante, el primer ministro neozelandés, Chris Hipkins, insistió en que “no le hace bien a nadie” especular sobre el número de muertos, al prometer “dar la información tan pronto estemos en condiciones de hacerlo”, según dijo desde Port View, en Hawke’s Bay, durante su segunda visita a la zona del desastre.
Nueva Zelanda declaró el martes la emergencia nacional en las regiones y distritos de Auckland, Northland, Tairāwhiti, Bay of Plenty Region, Ōpōtiki, Whakatāne, Waikato, Thames-Coromandel, Hauraki, Tararua, Napier y Hastings, y activó el nivel de respuesta máxima a una emergencia.
Gabrielle, que cambió el fin de semana repentinamente de rumbo y evitó pasar por las Islas Norfolk, tocó tierra en la Isla Norte el pasado domingo, aunque en seguida fue rebajado desde ciclón de categoría 2 (sobre un máximo de 5) a fuerte tormenta tropical.
Cuatro días de violentos vientos y lluvias causaron deslizamientos e inundaciones que dañaron las carreteras de la isla, causaron apagones y derribaron torres de telefonía móvil.
Este jueves, la ciudad de Napier, en la costa este, quedó nuevamente aislada luego de que los expertos detectaron daños en un puente que conecta a sus 65.000 habitantes con el resto del país.
Las autoridades le pidieron a los residentes aislados no salir de casa salvo que sea “absolutamente esencial” y limitar el uso del agua.
Los que salen deben caminar entre el agua lodosa en busca de provisiones o acercarse a los edificios que todavía tienen wifi para contactar a sus seres queridos.
Las estaciones de servicio de la ciudad tienen rótulos avisando que “no hay combustible” salvo para los servicios de emergencias.
Las fuerzas de defensa neozelandesas enviaron dos grandes navíos y un avión de transporte C-130 Hercules para entregar miles de litros de agua y plantas de tratamiento de agua a las zonas afectadas.
(Con información de EFE y AFP)
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