El Reino Unido registró en 2022 el mayor número de días laborables perdidos por conflictos laborales en más de 30 años, según mostraron el martes datos oficiales, ya que la crisis del coste de la vida llevó a los empleados a declararse en huelga en demanda de mayores salarios.
La Oficina Nacional de Estadística (ONS) señaló que el año pasado se perdieron casi 2,5 millones de días laborables por acciones sindicales, la cifra más alta desde 1989, cuando se perdieron 4,1 millones de días.
Con la inflación en su nivel más alto de las últimas cuatro décadas, los trabajadores de diversos sectores, desde maquinistas hasta profesores y personal sanitario, han convocado huelgas en los últimos meses.
Los datos de la ONS indican que sólo en diciembre se perdieron 843.000 días de huelga, con el personal de las fuerzas fronterizas, unos 100.000 enfermeros y miles de trabajadores de ambulancias entre los que organizaron paros en vísperas o durante el periodo navideño.
Aunque se han resuelto algunos conflictos de menor envergadura, los más notorios muestran pocos signos de remitir.
Hasta medio millón de profesores, funcionarios y maquinistas se declararon en huelga a principios de mes en la mayor paralización de la actividad coordinada de los últimos diez años, y muchos sindicatos tienen programadas nuevas jornadas de huelga.
El Gobierno británico se ha negado hasta ahora a ceder en lo que respecta a los salarios del sector público y, en su lugar, está endureciendo la legislación para dificultar la huelga en sectores clave.
Afirma que los aumentos salariales exigidos son inasequibles y que igualar la inflación no haría sino agravar el problema.
A pesar de que los salarios aumentaron estadísticamente un 6,7% de media durante el último trimestre del año, el poder adquisitivo siguió bajando debido a una inflación de más del 10% que en realidad hizo caer los ingresos un 2,5% en términos reales, indicó el martes la Oficina británica de Estadísticas Nacionales.
El Reino Unido registra desde hace años una situación de casi pleno empleo, debida en particular a la multiplicación de empleos precarios y contratos denominados “de cero horas”.
Además, desde la pandemia de COVID muchas personas abandonaron el mercado laboral por enfermedades de larga duración y jubilaciones anticipadas o dejaron el país debido al Brexit.
El número de vacantes de empleo lleva varios meses descendiendo, pero se mantiene en un nivel muy alto, señal de la dificultad que tienen los empresarios para contratar.
“La principal presión sobre el mercado laboral (británico) sigue procediendo de problemas estructurales” como el aumento del número de personas inactivas y el envejecimiento, señaló Yael Selfin, economista de KPMG.
(Con información de Reuters y AFP)
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