El jefe del grupo paramilitar ruso Wagner afirmó este domingo que sus tropas habían tomado el control de la localidad ucraniana de Krasna Hora, a unos kilómetros al norte de Bakhmut, una ciudad clave que Moscú busca conquistar desde hace varios meses.
“Hoy, las unidades de asalto de Wagner tomaron la localidad de Krasna Hora”, declaró Yevgueny Prigozhin, citado por su servicio de prensa. La agencia de noticias AFP no pudo verificar estas declaraciones con una fuente independiente.
Desde hace más de seis meses, el grupo Wagner y el ejército ruso intentan capturar Bakhmut, en el este de Ucrania, una ciudad con una importancia estratégica limitada pero que se ha convertido en un símbolo tras tanto tiempo de combates.
Estas últimas semanas, las fuerzas rusas han intentado rodear la ciudad y han conseguido cortar varias carreteras cruciales para el abastecimiento de las tropas ucranianas en el lugar.
El 11 de enero, el grupo Wagner anunció haber tomado Soledar, una ciudad más importante situada cerca de Krasna Hora. Pero el ministerio ruso de Defensa tardó dos días en anunciar la conquista de Soledar, sacando a la luz las tensiones entre la milicia y el ejército regular.
“Después de la toma de Soledar, hubo revuelo sobre si otros (soldados), aparte de los combatientes de Wagner, estaban en Soledar. Por supuesto, los muchachos no estaban contentos”, comentó Prigozhin el domingo. “En un radio de 50 km, más o menos, sólo hay combatientes de Wagner y van a tomar Bakhmut”, aseguró.
Sea o no del agrado del Kremlin, las únicas buenas noticias del frente llegan de la mano de los mercenarios del grupo Wagner. Prigozhin explicó que ya no recluta presidiarios, práctica que dejaba en muy mal lugar al Ministerio ruso de Defensa, que, según algunos blogueros, habría ordenado reducir al máximo la presencia de Wagner en los medios de comunicación.
UCRANIA ADMITE LA OFENSIVA RUSA
Mientras, el Ministerio de Defensa ruso informó en su parte diario de la destrucción de arsenales en toda la línea del frente desde la nororiental Kharkiv a la sureña Kherson pasando por Donetsk y Lugansk, ataques en los que habrían muerto cientos de soldados ucranianos, incluido dos brigadas mecanizadas en la zona de Kupiansk (Kharkiv) y un destacamento en Vuhledar (Donetsk). Según diversas fuentes ucranianas y occidentales, estos serían los primeros pasos de la ofensiva general ordenada por Putin.
Al respecto, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksy Danilov, admitió anoche que Moscú ya habría comenzado esa “gran ofensiva”, pero que ésta se estaría topando en sus inicios con “grandes problemas”.
“La ofensiva que planeaban avanza gradualmente. Pero no es la ofensiva que ellos esperaban”, aseguró, en declaraciones a la televisión ucraniana.
Según Danilov, las fuerzas ucranianas estarían oponiendo una “gran resistencia”. El mejor ejemplo sería Avdiivka, en las afueras de Donetsk capital, y Vuhledar, donde los rusos han sufrido grandes pérdidas y siguen sin conseguir asaltar la ciudad.
Según fuentes ucranianas, en tres días (8-10) de asalto contra ambas poblaciones el ejército ruso habría perdido varios miles de hombres y más de un centenar de tanques, blindados y otros vehículos militares.
En las últimas dos semanas, según el Ministerio de Defensa británico, que se basa en datos oficiales ucranianos, Rusia ha perdido una media de 824 hombres diarios, cinco veces más que en julio de 2022 (170), pero aún lejos de las 1.140 bajas diarias del comienzo de la campaña militar.
LAS DUDAS PERSISTEN
Los blogueros militares rusos siguen albergando serias dudas sobre que el ejército pueda conquistar la totalidad de los territorios anexionados, mientras algunos oficiales prorrusos del Donbás incluso instan a los altos mandos rusos a cambiar de estrategia.
El estadounidense Instituto sobre el Estudio de la Guerra (ISW) también considera que Rusia no dispone del potencial necesario para lanzar una gran ofensiva mecanizada terrestre, más aún tras perder, según algunas fuentes, la mitad de sus tanques desde hace un año.
Prigozhin fue aún más allá al asegurar que Moscú necesitará unos dos años para alcanzar la frontera administrativa de Donetsk.
A su vez, la Inteligencia Militar ucraniana insistió este domingo en que “el mando ruso no dispone de suficientes recursos para lanzar acciones ofensivas a gran escala” y que tendrá que conformarse con victorias tácticas.
Kiev destaca que la aviación y artillería rusas han gastado ya el 80 % de sus misiles de precisión y que la industria militar aún no ha logrado reponer ese arsenal.
Con información de EuropaPress y EFE
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