El Ejército ucraniano advirtió este sábado de que Rusia está acumulando fuerzas en las áreas de Lyman y Bakhmut, en las regiones de Donetsk y Lugansk, con la intención de lanzar una ofensiva, aunque por el momento el frente se mantiene estable.
“La Fuerza Aérea y personal de Defensa ha atacado 16 puntos de concentración de personal y material militar de los invasores y ha atacado dos posiciones de sistemas de defensa antiaérea”, informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas en un comunicado publicado en Facebook.
“Además, nuestros defensores han derribado un avión Su-25 y un dron tipo Orlan. Unidades de misiles y artillería han atacado cuatro zonas de concentración de soldados durante la jornada”, añadió el Estado Mayor.
Kiev ha denunciado también los constantes ataques rusos contra la infraestructura vital y objetivos civiles, incluidas viviendas de la población civil. En concreto ha contabilizado el impacto de siete misiles y 23 ataques aéreos, así como 15 ataques de sistemas de lanzacohetes.
En cuanto a la participación del grupo mercenario Wagner, Ucrania asegura que ya hay unos 1.200 mercenarios combatiendo en el país, reclutados en prisiones de la región de Crimea.
Las tropas rusas aceleran el paso en el Donbás al tiempo que incrementan la magnitud e intensidad de los bombardeos en toda Ucrania, a medida que se acerca el primer aniversario, el día 24, de la invasión conocida en Moscú como “operación militar especial”.
Según informó el sábado el Estado Mayor ucraniano, el ejército ruso continúa su campaña en cinco direcciones diferentes a lo largo de todo del frente, aunque a costa de grandes pérdidas en sus filas.
Los rusos centran sus esfuerzos principalmente en la región de Donetsk, pero también en las vecinas Kharkiv y Dnipropetrovsk, en un intento de envolver a las tropas ucranianas desplegadas en el Donbás.
AVANCES ESCASOS, BOMBARDEOS MASIVOS
En Donetsk el objetivo ruso consiste en lograr romper las líneas enemigas en las afueras de la capital regional, especialmente en Avdiivka, defendida desde 2014 por los soldados ucranianos más forjados en combate.
Los rusos también avanzan lentamente hacia el cruce de caminos de Bakhmut tras la toma de Soledar y varias localidades adyacentes.
En cambio, por el momento, no han tenido éxito ni a la hora de recuperar Lyman, que fue tomada por los ucranianos tras la anexión rusa de septiembre, ni al asaltar Vuhledar, más al sur.
Kupiansk es el objetivo prioritario en Kharkiv, de donde los rusos se tuvieron que retirar deprisa y corriendo hace casi seis meses, uno de los detonantes de la movilización parcial ordenada por el Kremlin.
La confirmación de que Moscú está sufriendo grandes pérdidas en su ofensiva es que el ejército ruso ha habilitado un nuevo hospital militar en la región de Lugansk para atender al gran número de heridos que llegan del frente.
A esto hay que sumar los 106 misiles lanzados y los 59 ataques aéreos realizados el viernes por Rusia -de los que 83 fueron rechazados por las baterías antiaéreas-, lo que Kiev describió como el mayor bombardeo enemigo desde el comienzo de las hostilidades hace casi un año.
Según el Estado Mayor, el enemigo lanzó 74 misiles de crucero desde tierra y mar y 32 misiles S-300, a lo que hay que sumar los ataques aéreos, 28 con drones iraníes, y los casi cien ataques con lanzaderas múltiples.
“Hemos bloqueado el transporte por vía férrea de armamento, munición y reservas extranjeras hacia el teatro de operaciones”, destacó el sábado el general Ígor Konashénkov, portavoz del ministerio de Defensa ruso, en su parte diario.
LA OFENSIVA QUE NO LLEGA
Los blogueros militares rusos acusan a los altos mandos militares de repetir los mismos errores que en 2022, lo que explicaría la incapacidad de asaltar los principales bastiones ucranianos en Donetsk.
En cambio, el estadounidense Instituto sobre el Estudio de la Guerra aseguró este sábado en su informe diario que el problema radica más que en fallos de estrategia en la baja calidad de los reservistas movilizados.
Según la Casa Blanca, la gran ofensiva rusa no llegará hasta la primavera. El invierno ha sido aprovechado por Moscú para entrenar a reservistas y voluntarios, desgastar las defensas ucranianas y martillear la infraestructura civil.
Los rusos estarían intentando localizar ahora los eslabones más débiles en las posiciones enemigas y en cuanto mejore el tiempo lanzarán su mayor ataque de los últimos meses, explicó John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca.
Por su parte, el diario New York Times informó de que el ejército ucraniano también planea recuperar Melitopol, la segunda ciudad de la región de Zaporizhia y centro neurálgico de la logística rusa en la retaguardia, en gran medida gracias a que es un vital cruce de carreteras y vías ferroviarias.
En caso de éxito, los ucranianos lograrían debilitar el control ruso sobre la vecina región de Kherson, que entonces únicamente podría recibir refuerzos y suministros desde la anexionada península de Crimea.
Funcionarios estadounidenses han recomendado a Kiev que se abstenga de atacar hasta haber recibido el armamento pesado ofensivo occidental.
Con información de EFE y EuropaPress
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