El Ayuntamiento de Ámsterdam, en Países Bajos, anunció esta semana que a partir de mediados de mayo estará prohibido fumar cannabis en las calles del barrio rojo, conocido por sus prostíbulos.
La medida, acompañada de un refuerzo de las restricciones contra el consumo de alcohol y un adelanto de la hora de cierre de bares, restaurantes, cafés y prostíbulos, busca atajar “las enormes molestias”, declaró el Ayuntamiento en un comunicado publicado el jueves por la noche.
La prostitución es legal en Países Bajos y los burdeles del famoso barrio rojo de Ámsterdam, situado en el centro de la ciudad, forman parte de los atractivos turísticos de la capital.
Pero, a causa de un aumento de la criminalidad, la policía llegó a apodar la zona “kilómetro cuadrado de miseria”.
Los vecinos del barrio “están muy molestos por el turismo de masas y el abuso de alcohol y drogas en la calle”, afirmó el Ayuntamiento en un comunicado.
“Los turistas también atraen a los traficantes callejeros, que arrastran criminalidad e inseguridad”, agregó, señalando que el ambiente del barrio a veces puede “volverse siniestro, sobre todo por la noche”.
La alcaldía considera que prohibir fumar cannabis en la calle reducirá las molestias pero, si la medida no arroja los resultados esperados, se plantea extender esa prohibición a las terrazas de los “coffee shops”.
Desde los años 1970, el gobierno neerlandés tolera esos establecimientos de venta de cannabis a consumidores. La producción de cannabis y su abastecimiento son, en cambio, ilegales.
Durante décadas, Ámsterdam fue el paraíso para los fumadores de marihuana de todo el mundo, porque en los “coffee shops” cualquier persona mayor de 18 años puede comprar y también fumar legalmente marihuana o hachís.
En 2021, la capital de Países Bajos quiso prohibir a los visitantes extranjeros el acceso a los coffee shops. De esa manera, quería poner límite al turismo de masas y a la delincuencia vinculada a las drogas.
De acuerdo a ese plan que no prosperó, solo los habitantes del país recibirán un carné de acceso a los clubes.
La medida fue calificada como una “intervención histórica” por el periódico holandés Het Parool de Ámsterdam y el ayuntamiento dijo que la prohibición podría extenderse a las terrazas de los cafés de cannabis en una fecha posterior.
En 2019, un año antes de la pandemia de coronavirus, casi diez millones de turistas llegaron a la ciudad de unos 700.000 habitantes. Muchos de ellos presumiblemente solo para beber y fumar. Según un estudio, el 57% de los visitantes del barrio rojo en el centro dijo que viajó principalmente por las drogas.
“Preferimos que no vengan los turistas que solo nos visitan para andar por ahí ebrios y fumados”, apuntó la alcaldesa en 2020.
El primer coffee shop fue inaugurado en Ámsterdam en 1970. Poco después, le siguió la ley según la cual en todos el país se pueden comprar las llamadas drogas blandas para consumo personal.
Hace unos diez años, Ámsterdam se había defendido con éxito de una nueva ley según la cual solo los habitantes del país iban a poder comprar drogas en los coffee shops. El miedo a que entonces volviera a aumentar el tráfico callejero ilegal era grande.
Desde entonces, rige una excepción en Ámsterdam. Los turistas aún pueden comprar cannabis, pero a cambio la ciudad tuvo que reducir fuertemente la cantidad de puntos de venta.
En los últimos 20 años, la cifra de coffee shops en Ámsterdam se redujo fuertemente de 283 a 166. Siguen siendo aproximadamente un 30% de todos los coffee shops del país. Con el turismo de masas también aumentó la demanda de cannabis, en hasta el 200 por ciento.
El turismo relacionado a las drogas creció. Los visitantes llegan en coche desde Alemania, Bélgica, Francia y sobre todo en vuelos baratos del Reino Unido.
(Con información de AFP y Reuters)
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