El Sínodo general de la Iglesia de Inglaterra ha aprobado este jueves una moción que permitirá a sus sacerdotes “bendecir” a las parejas del mismo sexo casadas o unidas en ceremonias civiles, pero no oficiar su matrimonio.
“Ha sido un largo camino para llegar a este punto”, ha declarado el arzobispo de Canterbury y primado del anglicanismo, Justin Welby, que reconoce que la medida será insuficiente para unos y demasiado para otros en esta comunión.
Los miembros del sínodo también aprobaron “lamentar y arrepentirse” del fracaso de la Iglesia para acoger a las personas LGBTQI+ y “por el daño que las personas LGBTQI+ han experimentado y experimentan en las iglesias”, se señala en un comunicado.
La moción se aprobó por mayoría tras un intenso debate de dos días del sínodo y después de años de discrepancias sobre el asunto en la Iglesia de Inglaterra, que desde 2014 acepta que sus sacerdotes estén en uniones civiles (no matrimonios) del mismo sexo siempre que acepten el celibato.
Un grupo de trabajo desarrollará ahora una serie de oraciones especiales que los capellanes podrán usar de manera voluntaria para bendecir “ante los ojos de Dios” a las parejas gay casadas o unidas civilmente, dice la nota.
Los obispos prepararán además una “nueva guía pastoral” para la Iglesia anglicana, mayoritaria en el Reino Unido, sobre la sexualidad y el matrimonio, añade.
“Por primera vez, la Iglesia de Inglaterra dará la bienvenida pública, sin reservas y con alegría a las parejas del mismo sexo en la Iglesia”, afirman en un comunicado conjunto Welby y el arzobispo de York, Stephen Cottrell.
Ambos reconocen no obstante que “la Iglesia sigue teniendo profundas diferencias sobre estas cuestiones que van al corazón de nuestra identidad humana”.
Subrayan por tanto su “compromiso para respetar la conciencia de aquellos para quienes esto va demasiado lejos” y asegurarse de que “reciban las garantías necesarias a fin de mantener la unidad de la Iglesia”.
“Esperamos que el debate reflexivo y lleno de oraciones de hoy marque un nuevo comienzo para la Iglesia, mientras buscamos un camino a seguir, escuchándonos unos a otros y, sobre todo, a Dios”, añaden.
La Iglesia de Inglaterra es el centro de la comunión anglicana, que representa a más de 85 millones de personas en más de 165 países.
Los religiosos quieren “aprovechar esta oportunidad para empezar de nuevo con un espíritu de arrepentimiento que nos enseña nuestra fe”, afirmó Cottrell.
En enero, los obispos ya habían pedido disculpas a las personas LGBTQI+ por el rechazo y la hostilidad a los que se han enfrentado, y el arzobispo de Canterbury reconoció que el cuerpo religioso sigue estando “muy dividido” sobre el asunto.
“No les hemos amado como Dios les ama, y eso está profundamente mal”, dijeron los obispos en una carta abierta. “Afirmamos, pública e inequívocamente, que las personas LGBTQI+ son bienvenidas y valoradas: todos somos hijos de Dios”.
(Con información de EFE y Reuters)
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