Un ex policía de Londres fue condenado este martes a cadena perpetua con un mínimo de 30 años de cárcel tras ser hallado culpable de violar y agredir sexualmente a al menos una docena de mujeres durante 17 años.
Se trata de David Carrick, de 48 años, quien se unió al cuerpo en 2001 y desde 2009 se desempeñaba en una unidad especial de protección a parlamentarios y diplomáticos extranjeros. El pasado enero fue separado de su puesto en la Metropolitan Police por conductas graves.
Si bien el ex policía fue procesado por 85 delitos -71 de ellos sexuales y 48 violaciones a 12 mujeres- sólo aceptó su culpabilidad en 49 de ellos. Este es uno de los casos más espeluznantes de un policía involucrado en actos criminales que incluyen, asimismo, asalto y privación de la libertad.
La jueza Bobbie Cheema-Grubb del tribunal de Southwark en Londres delcaró en la audiencia de sentencia de este martes que el acusado “se aprovechó monstruosamente de las mujeres” detrás de una fachada de confianza y decencia pública.
“Usted descaradamente violó y agredió sexualmente a mujeres, en algunos casos brutalmente, y actuó como si usted fuese intocable. Fue descarado y despiadado y pensó que ninguna de sus víctimas superaría la vergüenza y tendría la voluntad de denunciarlo”, continuó a su turno.
“Durante casi dos décadas todo le funcionó bien pero ahora una combinación de esas 12 mujeres, al denunciarlo, y sus colegas policías, usando evidencia, lo han expuesto y frenado”, agregó.
La magistrada explicó que la condena sobre Carrick había sido reducida luego de que el acusado admitiera los hechos y de pasar un tiempo tras las rejas cuando en 2021 fue detenido con prisión preventiva.
Durante el juicio, la fiscalía hizo un desgarrador recuento de los testimonios de las víctimas, que denunciaron “sistemáticas” agresiones. Entre ellos se conoció que Carrick llamaba a sus víctimas “esclavas”, las controlaba financieramente, las aislaba de sus allegados y las sometía a todo tipo de humillaciones.
A una la conoció en un bar en 2003 y, tras garantizarle que estaría segura a su lado, la apuntó con una pistola y la violó repeditamente. A otra, a quien había conocido a través de una app de citas, la obligaba a realizar tareas domésticas desnuda.
El hecho expuso, una vez más, la falta de confianza de la ciudadanía -sobretodo las mujeres- sobre Scotland Yard, que ignoró las señales de alarma sobre este agente. Deberíamos “haber detectado su comportamiento”, delcaró la sub comisaria Barbara Gray y reconoció que “como no lo hicimos, perdimos oportunidades de apartarlo”.
Si bien se excusó con las víctimas de nueve de las denuncias, un hecho similar había ocurrido en 2021 cuando el oficial Wayne Couzens, del mismo cuerpo, secuestró, violó y asesinó a la londinense Sarah Everard, de 33 años. También, este martes, se conoció que otro policía londinense fue imputado por violación. Así, estos episodios no sólo conmocionan al país sino que se suman a la larga lista de escándalos en el organismo.
Es por ello que la magistrada a cargo del caso dijo que “esta condena representa una caída espectacular para un hombre encargado de hacer cumplir la ley y facultado hasta el punto de estas autorizado a portar un arma de fuego”. A la par que la secretaria del Interior, Suella Bravermann, señaló que esto representa “una cicatriz sobre nuestra policía” y que “no hay lugar para este comportamiento depredador y aborrecible en nuestra sociedad”. Mencionó, también, que se ha abierto una investigación al interior del cuerpo para esclarecer el caso y su contratación forzada.
Por su parte, las autoridades han estado presionando a la Policía Metropolitana para que modifique sus estándares tras la larga lista de casos de misoginia y racismo entre sus oficiales.
En señal de repudio a todos estos escándalos sexuales y de violencia de género, una asociación de defensa de las mujeres protestó en enero frente a la sede de Scotland Yard con 1.071 manzanas podridas en señal de la cantidad de estos casos.
(Con información de AFP, AP y EFE)
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