A poco de haberse registrado el primer terremoto de 7.8 de magnitud en Turquía, el gobierno israelí puso en marcha su operación para colaborar en las tareas de rescate. Entendiendo que se trata de una cuestión humanitaria y no política, el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció que 12 horas más tarde ya había despegado el primer vuelo con 150 soldados hacia la zona de los destrozos.
Al llegar allí, los rescatistas se encontraron con una escena desgarradora. “Fue muy movilizante ver cómo quienes fueron rescatados e, incluso, gente ajena se quedaba en la zona para pedir ayuda para los que seguían atrapados bajo los escombros”, comentó en conferencia David Saranga, ministro de Exteriores de Israel, quien está en la zona coordinando las tareas.
En medio de una profunda oscuridad -sólo iluminada por un edificio en llamas y hogueras que la gente usaba para hacer frente a las bajas temperaturas que alcanzan los -4 grados Celsius- los rescatistas comenzaron sus trabajos en dos edificios de siete pisos, en los que había cerca de 45 departamentos en cada uno. Con la ayuda de los familiares, que junto con el equipo trataban de identificar a las personas y escuchaban sus gritos de auxilio, luego de unas siete horas de trabajo, lograron poner a salvo a un niño de 12 años y a una joven de 20, entre otros rescatados.
Con el correr de las horas, la ayuda en el lugar se fue incrementando, tanto por parte israelí como de la comunidad internacional en general y de las autoridades locales que recurren a “equipos pesados” para las búsquedas, aunque la posibilidad de supervivencia es cada vez menor.
El último parte oficial dio cuenta de más de 11.700 muertos en ambas zonas de la catástrofe, de las cuales más de 9.057 fueron en territorio turco.
El viento, la lluvia y las bajas temperaturas, que durante el día apenas rozan los 0 grados Celsius, han sido las principales trabas en las tareas de rescate. “La delegación israelí se quedará todo el tiempo que sea necesario, que se estima en unas dos o tres semanas”, continuó Saranga aunque señaló que “por lo general, luego de tres o cuatro días ya no es necesario que continúen con los trabajos de búsqueda”.
En ese sentido, Illan Kelman, profesor de catástrofes y salud del University College de Londres, había apuntado más temprano que las primeras 72 horas son cruciales en estos eventos, en las que cerca del 90% de los supervivientes son rescatados. En el caso de Turquía, se cumplirían este jueves a primera hora de la mañana.
“A pesar de las condiciones adversas no perdemos las esperanzas. Aún es posible un milagro”, agregó, sin embargo, Saranga a la par que resaltó el trabajo de otros países como Francia, Rusia y Azerbaiyán, y los muchos otros que llegarán a la brevedad.
Inclusive, en las últimas horas, la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que “corremos contrarreloj para salvar vidas juntos” por lo que “pronto proporcionaremos ayuda de socorro juntos”. “Turquía y Siria pueden contar con la UE”, resaltó y mencionó que se movilizarán fondos de la comunidad internacional para dar apoyo a la población ya que “nadie debería quedarse sólo cuando una tragedia como ésta golpea a un pueblo”.
En tanto, la embajadora Irit Lillian explicó en la conferencia que, concluídas las principales tareas de búsqueda, el foco quedará sobre los hospitales de campaña, que se están instalado en todo el territorio para asistir a las víctimas. Si bien no se han revelado exactamente las posiciones de estos sitios por cuestiones de seguridad, desde el equipo aseguraron que ya están llevando a cabo sus tareas en las zonas más afectadas y que otro grupo ya está en viaje hacia el sur del país donde se espera que tan pronto como mañana puedan estar operativos.
Este miércoles arribó al lugar una nueva delegación con 230 personas -entre ellos miembros de los ministerios de Defensa y Sanidad- que integra la misión de ayuda humanitaria Rama de Olivo y que aportan sus “equipos médicos israelíes avanzados”, según mencionó un portavoz militar.
Sumado a esto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que se han destinado 77 hospitales móviles en 10 regiones, en los que se incluyen los internacionales y los nacionales, para hacer frente a la crisis.
Por su parte, Lillian se refirió a las principales necesidades que hay al presente y explicó que, junto con el Departamento de Gestión de Catástrofes y Emergencias de Turquía (AFAD), se está coordinando la entrega especialmente de medicina, carpas, y artículos para combatir el frío, como mantas y tapados.
También, mencionó que, dado el problema estructural en la zona, el agua se ha visto contaminada por los escombros por lo que es fundamental el envío de purificadores. Sumado a ello, habló sobre la situación eléctrica, que quedó completamente anulada por los destrozos, por lo que se requiere con urgencia generadores de energía.
“No tenemos tienda, no tenemos estufa, no tenemos nada. Nuestros hijos están muy mal. Todos nos estamos mojando bajo la lluvia y nuestros hijos están pasando frío. No morimos de hambre ni por el terremoto, pero moriremos congelados por el frío”, declaró horas atrás Aysan Kurt, de 27 años, residente de Kahramanmaras, ciudad visitada este miércoles por Erdogan.
Israel ya lleva enviados, por medio de su servicio de emergencias United Hatzalah, más de 10 toneladas de equipamiento médico, que seguirá incrementándose en los próximos días.
Consultada por los aportes que se pueden hacer desde el exterior, Lillian explicó que, quienes quieran ayudar pueden acercarse a las embajadas de Turquía en todo el mundo, donde se están recibiendo donaciones, ya sea de productos, equipo o dinero.
En cuanto a la situación en Siria, donde el terremoto también generó estragos y la ayuda humanitaria está inclusive más limitada debido a las trabas impuestas por el régimen de Bashar al-Assad, los embajadores israelíes se limitaron a asegurar que, nuevamente, el primer ministro Netanyahu ha dejado de lado las cuestiones políticas para ofrecer su asistencia a las vidas inocentes en el lugar aunque no confirmaron estar realizando tareas allí de momento.
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