Equipos de socorro en Turquía y Siria reportaron más de 5.600 edificios colapsados, incluyendo varios inmuebles residenciales donde la mayoría de los ocupantes dormía a la hora del sismo principal, mientras los rescatistas luchan contra el tiempo para hallar a sobrevivientes de la tragedia entre los escombros.
El balance de las víctimas ha ido agravándose con las horas debido al alto número de edificios derrumbados en ciudades como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir en Turquía, así como en varias ciudades de Siria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el número de víctimas podría ser hasta hasta ocho veces superior.
La Autoridad Turca de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) dijo que 5.775 edificios habían quedado destruidos por el terremoto, mientras que en Siria el conteo es más difícil por las zonas que están controladas por rebeldes.
La agencia siria SANA difundió imágenes que mostraban importantes destrucciones en varias ciudades, entre ellas Latakia, en la costa del Mediterráneo, donde se derrumbaron edificios enteros. También se derrumbaron edificios en Hama, en el centro del país, y en Alepo, la segunda ciudad siria en el norte, donde quedó dañada la famosa ciudadela.
En el noroeste, controlado por los rebeldes, la cifra de muertos superaba las 790 personas, según la defensa civil siria, un servicio de rescate conocido como los Cascos Blancos y conocido por sacar a la gente de entre los escombros tras los ataques aéreos gubernamentales. “Nuestros equipos hacen muchos esfuerzos, pero son incapaces de responder a la catástrofe y al gran número de edificios derrumbados”, declaró el jefe del grupo, Raed al-Saleh.
Incluso antes del sismo, era común que los edificios de Alepo se derrumbaran debido a la mala calidad de la infraestructura. La ciudad sufrió más de una década de guerra y desde entonces, muchos edificios están en ruinas. Otros se construyen sin la necesaria supervisión para garantizar su seguridad y algunos se han levantado incluso de manera ilegal.
MILES DE RESCATISTAS
En Turquía, el gobierno informó que más de 8.000 personas han podido ser rescatadas con vida de entre los restos de los miles de edificios que colapsaron ayer lunes debido a dos fuertes terremotos en el sureste del país, pero la cuenta de víctimas fatales siguen aumentando.
Aparte de los devastadores terremotos de magnitud 7,7 y 7,6, se han registrado otros 312 temblores, algunos de ellos de más de 6, informó el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay.
Unas 24.000 personas están participando en las tareas de rescate, a los que se están sumando equipos llegados de docenas de países.
Unas 380.000 personas han sido realojadas en instalaciones de los Ministerios de Educación y de Deportes, según indicó el vicepresidente. Según los funcionarios, se está organizando la evacuación ordenada de las 10 provincias más afectadas, donde viven unos 13 millones de personas, y animó también a que quienes puedan desplazarse por su propios medios a que abandonen la zona.
“LOS SACAREMOS CON VIDA”
En Hatay (Turquía), a unos 170 kilómetros al sur de donde se registró el primer terremoto, los equipos de rescate lograron establecer contacto con una familia de cuatro miembros atrapada entre los escombros.
“Los sacaremos con vida. Estamos aquí para eso”, se escuchó decir a un miembro de los equipos de recate durante una retransmisión de la emisora CNNTürk.
En Diyarbakir, a unos 350 kilómetros al este de la provincia donde tuvo su epicentro el primer temblor, una mujer fue rescatada tras estar 31 horas atrapada entre los escombros de su vivienda, y trasladada a un hospital entre los aplausos de los equipos de emergencia.
Un hombre de 30 años fue rescatado en la mañana de hoy de un edificio de diez plantas que se derrumbó en la provincia de Osmaniye, a unos 135 kilómetros de donde se registró, a las 4.17 horas (01.17 GMT) del lunes, el epicentro del primer terremoto, de magnitud 7,6.
De ese mismo edificio, que tenía 40 apartamentos, se han recuperado ya doce cuerpos.
Un chico de 14 años fue encontrado con vida en la provincia de Kahramanmaras, donde se produjo el primer temblor.
“Tengo hambre” fue lo primero que dijo a los equipos de rescate, según informan los medios locales.
Durante la mañana se han sucedido escenas de emoción cuando los rescatistas lograban localizar a alguien con vida tras más de un día atrapados, especialmente teniendo en cuenta que las bajas temperaturas dificultan mucho las tareas.
Muchos ciudadanos esperan noticias de familiares y amigos en las inmediaciones de los edificios derrumbados donde vivían.
(Con información de AFP, EFE, Reuters)
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