El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el lunes que “aprobó” el envío de ayuda a Siria, golpeada por un potente sismo, tras una solicitud de Damasco a través de canales “diplomáticos”, aunque los dos países no tienen relaciones oficiales.
Israel “recibió una solicitud procedente de una fuente diplomática para ayuda humanitaria en Siria y la aprobé”, declaró Netanyahu ante los diputados de su partido, el Likud.
La ayuda será enviada en breve, precisó. Su oficina no quiso dar más detalles sobre esta “fuente diplomática”.
Poco después del anuncio, una fuente oficial siria “negó las afirmaciones de altos cargos israelíes”.
”¿Cómo podría Siria pedirle ayuda a una entidad que mata y que participa en el asesinato de sirios desde hace décadas?”, agregó la fuente.
Siria no reconoce la existencia de Israel, y los dos países se han enfrentado en varias ocasiones.
Israel también propuso su ayuda a Ankara: un equipo de rescatistas especializados viajará este lunes a Turquía y otro de ayuda humanitaria irá el martes, según el ministerio israelí de Relaciones Exteriores.
Un sismo de magnitud 7,8 sacudió la madrugada de este lunes el sur de Turquía y el norte de Siria, causando al menos 2300 muertos y miles de heridos.
Al menos 783 personas murieron en las zonas rebeldes y controladas por el régimen de Al Assad en Siria, dijeron los medios de comunicación estatales y fuentes médicas.
Otras 1.498 personas murieron en Turquía, según el presidente Recep Tayyip Erdogan, cuya gestión de una de las mayores catástrofes de sus dos décadas en el poder podría tener consecuencias para sus posibilidades de reelección en los comicios previstos para mayo.
Al seísmo inicial le siguieron más de 50 réplicas, incluido un temblor de magnitud 7,5 que sacudió la región en medio de las labores de búsqueda y rescate el lunes por la tarde.
El Ministerio de Sanidad sirio informó de daños en las provincias de Alepo, Latakia, Hama y Tartus, donde Rusia tiene arrendada una instalación naval.
Corresponsales de AFP en el norte de Siria dijeron que residentes aterrorizados salieron corriendo de sus casas después de que el suelo temblara.
Incluso antes de la tragedia, los edificios de Alepo -el centro comercial de Siria antes de la guerra- se derrumbaban a menudo debido a la ruinosa infraestructura, que ha sufrido la falta de supervisión en tiempos de guerra.
Turquía se encuentra en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.
La región turca de Duzce sufrió un seísmo de magnitud 7,4 en 1999, en el que murieron más de 17.000 personas, entre ellas unas 1.000 en Estambul.
Los expertos llevan tiempo advirtiendo de que un seísmo de gran magnitud podría devastar Estambul, una megalópolis de 16 millones de habitantes repleta de casas desvencijadas.
El último temblor de magnitud 7,8 sacudió Turquía en 1939, cuando murieron 33.000 personas en la provincia oriental de Erzincan.
(Con información de AFP)
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