La canción “Baraye” -”Por”, en persa- se hizo primero viral en redes sociales, después se erigió como el himno de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini y ahora se ha alzado con un Grammy a la mejor canción por el cambio social en la 65ª edición de los Grammy.
“Ganamos”, afirmó de manera escueta Shervin Hajipour en su cuenta de Twitter, que cuenta con más de 300.000 seguidores.
Hajipour era un casi desconocido músico de 25 años cuyo mayor logró había sido alcanzar la final de un concurso de música en la televisión iraní.
Todo eso cambio cuando escribió la canción “Baraye”, compuesta con tuits publicados por iraníes acerca de la muerte en septiembre de Amini, tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico, lo que desató unas protestas inéditas en el país persa.
La canción se hizo viral con unas 40 millones de reproducciones solo en Instagram en apenas dos días y de alguna manera capturó el espíritu de las protestas.
“Por bailar en las calles”, “por el miedo de un beso de mi amante en la calle”, “por los prisioneros políticos”, “por la vergüenza de los bolsillos vacíos” o “por el deseo de una vida normal”, reza la canción, que hila motivos por los que protestar.
Y el estribillo repite “mujer, vida, libertad”, eslogan de las protestas que piden el fin de la República Islámica.
Hajipour fue detenido en septiembre, días después de publicar la canción, acusado de propaganda contra el Gobierno e incitación a la violencia, y fue puesto en libertad bajo fianza a principios de octubre, fecha desde la que guarda silencio.
A pesar de la detención de su autor, del borrado de la canción de Instagram y de la fuerte censura de internet en Irán, “Baraye” ha resonado en redes sociales y en los densos atascos de la capital iraní, sonando a todo volumen desde los coches.
También ha resonado desde ventanas al caer la noche, cuando muchos vecinos gritaban “Muerte al dictador” en referencia al líder supremo de Irán, Ali Khamenei, una forma discreta de protestar.
Las autoridades han respondido a la revuelta protagonizada por jóvenes que pedían el fin de la República Islámica con una fuerte represión que ha causado cerca de 500 muertos, y 20.000 detenidos, de los que varios cientos han sido condenados a penas de prisión y 17 a la horca.
Hasta ahora cuatro manifestantes han sido ejecutados, uno de ellos en público, lo que ha provocado que las protestas hayan perdido fuerza de manera notable.
Hace semanas que “Baraye” ya ni suena desde balcones por las noches o desde coches en medio de atascos de la capital.
(Con información de EFE)
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