El Tratado conocido como START (Strategic Arms Reduction Treaty por sus siglas en inglés) establece controles y limita a mil quinientas las ojivas nucleares tácticas que tanto Estados Unidos como Rusia están autorizados a desplegar desde sus plataformas de lanzamientos terrestres y marítimas. Esa cantidad incluye también los sistemas de misiles con cabeza nuclear que pueden ser desplegados desde el espacio aéreo de cada uno de los signatarios. El acuerdo tiene como objeto principal establecer un sistema de control que se lleva adelante a través de inspecciones mutuas de los respectivos arsenales.
La preocupación actual de Washington se basa en que la Federación Rusa está incumpliendo sus obligaciones en el Nuevo Tratado Start. Moscú no cumple su parte al no permitir las inspecciones rutinarias que han sido acordadas en el marco del tratado dentro de su territorio .
Según una fuente cercana al Departamento de Estado, Infobae pudo saber de la negativa de rusa en favorecer las actividades que permitan las inspecciones consensuadas por ambos países signatarios del acuerdo. La conducta de Moscú bloqueó la posibilidad de que Estados Unidos lleve adelante controles en cumplimiento del tratado, lo cual pone en peligro la actividad de fiscalización en materia de proliferación de armas nucleares acordada en su momento entre Washington y Moscú .
En relación a la preocupación de Washington, ella ha sido generada a principios de enero pasado cuando comenzó percibirse la reticencia de Putin a las verificaciones y controles acordados. Ante ello, Estados Unidos llevó adelante formalmente una queja diplomática que dio lugar a una acusación concreta a Rusia de violar el acuerdo de control de armas nucleares ante su reiterada negativa a la autorización de inspecciones sobre el terreno y también por no asistir a la reunión que se esperaba realizar el pasado miércoles para discutir asuntos relativos al tratado. Con esa ausencia, Moscú profundizó la preocupación estadounidense en la medida que la guerra de Ucrania sigue su curso y la amenaza de Vladimir Putin de utilizar armas tácticas no se ha disipado.
Sin embargo, Rusia tampoco cumplió con la obligación derivada del tratado en convocar una sesión de la Comisión Consultiva Bilateral en concordancia con el cronograma pactado en el propio tratado. Este escenario abre una disputa adicional a la crísis existente entre Washington y Moscú y exhibe por primera vez la acusación de una de las partes de incumplimiento y violaciones a la contraparte rusa. Los desacuerdos exacerbaron y dispararon horas de tensiones directas entre Estados Unidos y Rusia que agravan las relaciones entre ambos países por la guerra lanzada por el Kremlin contra Ucrania.
Considerando las reiteradas amenazas que en distintas ocasiones el presidente Putin ha pronunciado al sostener que -de ser necesario- ante un peligro inminente para Rusia no descartaba una operación especial en la que haga uso de armas nucleares, Estados Unidos acompaño su queja con una dura acusación de “flagrante violación rusa” del acuerdo.
El tratado Start fue suscripto durante la administración del presidente Barak Hussein Obama en el año 2011 y regula la cantidad de ojivas nucleares que tanto Estados Unidos como Rusia pueden desplegar en cualquier momento según sus necesidades de defensa nacional. Durante el mes de enero de 2021 los diputados de la Duma acordaron votar positivamente y aunque hubo demoras, finalmente aprobaron una extensión por cinco años del tratado original suscripto con Washington. Esta acción fue ejecutada pocos días antes de la fecha de finalización del tratado. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados europeos han manifestado profunda preocupación ante el caso de que Rusia se niegue a renegociar un nuevo acuerdo en la materia para que éste continúe vigente luego que el actual expire dentro de tres años como está pactado. Fuentes de inteligencia occidentales sostienen que la dirección y los resultados de la guerra de Ucrania serán determinantes para la decisiones futuras de Moscú.
Hay que recordar que el tratado es el último acuerdo amplio sobre armas tácticas y nucleares luego del final la Guerra Fría, el mismo otorga a ambos países la potestad de llevar adelante inspecciones y controles de los sitios donde las dos naciones almacenan ojivas nucleares. Las inspecciones fueron acordadas desde 2020, pero debido a las limitaciones internacionales surgidas durante la pandemia del Covid-19, no han podido realizarse en territorio ruso por lo que Washington acusó a Moscú de valerse de excusas para neutralizar y retrasar el trabajo de la Comisión Consultiva Bilateral sobre el tratado, la que fue creada al efecto y para el cumplimiento de las inspecciones. Al respecto, también estuvo prevista una reunión para organizar la tarea de controles mutuos a realizarse en noviembre de 2020 en Egipto, no obstante, esa reunión fue cancelada por Moscú a último momento alegando aspectos relacionados a políticas sanitarias derivadas de la pandemia.
Luego de la frustrada reunión de El Cairo, Estados Unidos convocó a Rusia en dos oportunidades durante 2022 para normalizar lo acordado en el tratado original y retomar las conversaciones y actividades previstas con el fin de dar cumplimiento a lo pactado. No obstante, Rusia nunca respondió ambos requerimientos hasta que el miércoles último el Departamento de Estado dio a conocer un detallado documento enviado al Congreso donde se informaba las anomalías en relacion a la imposibilidad de realizar la verificación y el control comprometido en el tratado, así se configuró por primera vez después del final de la Guerra Fría la única denuncia oficial de un gobierno estadounidense acusando directamente a Moscú de violar el acuerdo.
En el presente, los eventos de la guerra de Ucrania han colocado a Rusia en el foco de la antipatía de muchos dentro opinión pública y la comunidad internacional, la cercanía de Putin a estados controversiales que están proveyendo a Moscú de sistemas de armas convencionales que se utilizan contra las fuerzas ucranianas, pero también contra ciudades y población civil, ello no ha colocado a Rusia en un lugar simpático en la mirada de Europa Occidental. Sin embargo, Moscú no tiene problemas que no pueda manejar e intenta regresar al cumplimiento del Tratado.
Normalizar su obligación emergente del tratado no es complejo para Rusia, lo que debe hacer es simple, Putin resolvería la situación autorizando las actividades de inspección en su territorio, ya lo ha hecho varias veces en el marco del mismo Tratado, incluso en el pasado envió distintas comitivas diplomáticas a reunirse con la Comisión Consultiva Bilateral, con quien acordaba acciones y modalidades de control y fiscalización indicadas en el instrumento jurídico bilateral.
Del lado estadounidense no hay impedimento de la administración Biden para que los inspectores rusos lleven adelante su constataciones en Estados Unidos. No obstante, de momento no hay interés en hacerlo por parte de Rusia. Así, ante los bloqueos y demoras que presenta Moscú y el poco interés demostrado por cumplimentar el tratado un grupo de legisladores republicanos condenaron las violaciones rusas y advirtieron que la infracción acarrea implicancias graves para la seguridad nacional estadounidense y reclamaron al presidente Biden mantener en estado de alerta a las Fuerzas Armadas ante la eventualidad de que se necesite responder una potencial agresión de Putin.
El dato relevante es que el miércoles pasado y en respuesta a Washington, los diputados rusos han aprobado en una sesión realizada de urgencia una prorroga de cinco años del acuerdo. Así, evitaron que el tratado de control de armas nucleares expire al aprobar un proyecto de ley de ampliación del mismo que el presidente Putin ratificaría como ley la semana próxima, según lo informado por la agencia rusa de noticias Tass. Esto sucedió después que el presidente Biden habló sobre la extensión del tratado vía teleconferencia con Putin entre los días lunes y martes.
La posición del presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, un republicano de Alabama, expresa de forma clara el pensamiento de su bloque respecto de Rusia y la exigencia de asumir responsabilidades y rendir cuentas por sus acciones para el caso que el Nuevo Tratado Start o cualquier acuerdo futuro no sea respetado por Moscú, por lo cual solicitó por medio de un documento respaldado por su bloque al presidente Biden que ordene al Departamento de Defensa que se prepare para un futuro en el que Rusia pueda desplegar ojivas nucleares que superen lo autorizado por del Nuevo Tratado Start. En consecuencia, lejos de estabilizar las controversias en los asuntos nucleares, las relaciones entre ambos países en la materia continúan peligrosamente inestables.
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