Un perro con 30 años fue reconocido como el más viejo del mundo por el Record Guiness

El animal dobló la esperanza de vida, que se ubica entre los 12 y los 14 años, y destronó a Spike, un chihuahua de 23 años. Se llama Bobi y vive en Portugal

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Guiness World Records anunció al perro más viejo del mundo: se llama Bobi, tiene 30 años y vive en Portugal
Guiness World Records anunció al perro más viejo del mundo: se llama Bobi, tiene 30 años y vive en Portugal

Guiness World Records tiene un nuevo integrante. Recientemente se subió al podio Bobi, el perro vivo más viejo -quien a su vez es el más viejo de la historia-, con 30 años y oriundo de Portugal.

La entidad certificó al can, que tiene exactamente 30 años y 266 días desde el 1 de febrero de 2023, y destronó a Spike, el chihuahua de Ohio que dos semanas atrás había recibido el premio por sus 23 años de vida. En tanto, el anterior perro más viejo de la historia era un boyero australiano llamado Bluey que vivió 29 años y 5 meses entre 1910 y 1939.

“Nunca pensé en registrar a Bobi para batir el récord”, dijo a Guiness su dueño, Leonel Costa.

Bobi es un Rafeiro do Alentejo puro, una raza de perro guardián cuya esperanza de vida media es de 12 a 14 años, según precisó el American Kennel Club. El perro vivió sus tres décadas en la aldea rural de Conqueiros, en Leiria, Portugal, algo que la familia considera clave para comprender su longevidad. Siempre estuvo en un “entorno tranquilo y pacífico”, lejos de las ciudades, dijo Costa.

Bobi es un Rafeiro do Alentejo puro oriundo de Portugal
Bobi es un Rafeiro do Alentejo puro oriundo de Portugal

Nació el 11 de mayo de 1992, fecha confirmada por el Servicio Médico-Veterinario del Ayuntamiento de Leiria y el SIAC, una base de datos de animales de compañía autorizada por el gobierno portugués. “Vemos situaciones como ésta como un resultado normal de la vida que llevan, pero Bobi es único en su especie”, declararon tras toparse con este caso.

Bobi nació junto a otros tres cachorros machos en casa de Costa. Lamentablemente, la familia ya tenía suficientes animales y sus padres decidieron sacar de su hogar a los animales casi tan pronto como nacieron, en un momento en que la madre de los perritos, Gira, no estaba allí.

“Tenía ocho años. Mi padre era cazador y siempre tuvimos muchos perros”, narró Costa que ahora tiene 38 y recordó que sufrió por la decisión tomada por sus padres. “Por desgracia, en aquella época era considerado normal por las personas mayores que no podían tener más animales en casa [...] enterrar a los animales en un agujero para que no sobrevivieran”, dijo.

Sin embargo, Costa y sus hermanos notaron un comportamiento extraño en Gira -que murió a los 18 años- luego de que sus padres se deshicieran de los cachorros: la perra regresaba una y otra vez al sitio en el que había parido a los cuatro perros.

Bobi creció en una casa rodeada de animales
Bobi creció en una casa rodeada de animales

“Nos pareció extraño, porque si los animales ya no estaban allí, ¿por qué iba a ir ella?”, continúa Costa y cuenta que, un día, decidieron seguirla para entender qué estaba pasando. Fue entonces que descubrieron que sus padres se habían dejado uno de los cachorros sin notarlo ya que se mimetizaba con el bosque.

Desde entonces, Bobi se convirtió en un secreto de Costa y sus hermanos. “Sabíamos que cuando el perro abriera los ojos, mis padres ya no lo enterrarían. Era de conocimiento popular que este acto no podía ni debía hacerse”, añadió. Según VCA Animal Hospitals este proceso suele tardar entre una y dos semanas por lo que, cuando su familia se enteró de su existencia ya era demasiado tarde.

Si bien al conocer que habían mantenido en secreto la noticia sus padres les gritaron y los castigaron, Costa señaló que “valió la pena, fue por una buena razón”. Incluso bromeó con que sólo Bobi podría hablar de su secreto para una larga vida, si es que pudiera hablar.

Bobi tiene muy buen caracter y es muy amigable
Bobi tiene muy buen caracter y es muy amigable

Bobi pasa sus días vagando por los bosques aunque, con el paso de los años, cada vez ha emprendido menos aventuras. Nunca ha estado encadenado ni atado y es muy sociable. Para sorpresa de muchos, se alimenta con “comida humana”. “Entre una lata de comida para animales o un trozo de carne, Bobi no duda y elige nuestra comida”, bromeó Costa.

También, su dueño comentó que el can visita con frecuencia el veterinario y sus estudios arrojan resultados muy positivos a pesar de su edad. Solamente atravesó “un gran susto” en 2018 cuando colapsó por dificultades respiratorias y debió ser hospitalizado.

Por su longevidad, Bobi es el “último de una larga generación de animales” en la familia Costa, y les sirve como recordatorio de todos los parientes que ha perdido a lo largo de los años.

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