El Kremlin ha profundizado los ataques en la región del Donetsk, en su afán de hacerse con la localidad de Bakhmut, lo que ha generado una crisis humanitaria por los severos cortes de electricidad, la falta de agua y la escasez de alimentos.
El ministerio de Defensa de Rusia afirmó este martes que capturó el pueblo de Blagodatne, situada en el este de Ucrania y al norte de Bakhmut, donde el ejército ruso intensificó su ofensiva y avanza lentamente desde hace varias semanas.
“En el sector de Donetsk, como resultado de las acciones ofensivas exitosas de voluntarios de destacamentos de asalto, apoyadas por la aviación táctica, artillería de cohetes y artillería de la agrupación militar Sur, liberaron la localidad de Blahodatne”, dijo el portavoz de Defensa, teniente general Ígor Konashénkov, en su parte diario.
El ejército ruso utiliza el término “voluntarios” para referirse a los grupos paramilitares, como Wagner, que combaten en Ucrania.
Blahodate se encuentra a 10 kilómetros al norte de Bakhmut (Artiómovsk), ciudad junto a la cual desde hace meses se libran encarnizados combates y cuya captura se ha convertido, a juzgar por la intensidad de la batalla, en el objetivo más inmediato de las tropas rusas.
Además, el jefe de Wagner, Evgueni Prigozhin, había reivindicado la toma de la localidad el sábado, pero Kiev lo desmintió.
El ejército ruso y el grupo Wagner intentan conquistar Bakhmut, que tenía 70.000 habitantes antes del conflicto, desde el pasado verano boreal.
En las últimas semanas intensificaron su ofensiva para rodear la localidad. En enero, capturaron la ciudad cercana de Soledar y aldeas vecinas.
El anuncio de Defensa se produce dos días después de que los mercenarios del Grupo Wagner, declararan que se había hecho con el control de Blahodatne.
“Las unidades del Wagner han tomado Blahodatne. Blahodatne está bajo nuestro control”, afirmó este domingo el jefe de esa la compañía militar privada, Yevgueni Prigozhin, citado por su servicio de prensa.
El jefe interino de la república popular de Donetsk, Denis Pushilin afirmó hoy que el control de Blahodatne “permitirá mejorar considerablemente las posiciones de (las tropas) y cortar una de las vías de suministros (de la agrupación ucraniana)”.
Entretanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, subrayó su intención de reforzar la seguridad del país con ayuda de sus socios para frenar las intenciones de Rusia de pasar a una nueva etapa ofensiva en la guerra en primavera, como vienen pronosticando desde hace semanas varias agencias de inteligencia occidentales.
“Ucrania y nuestros socios harán todo lo necesario para garantizar que las intenciones de Rusia de pasar a una nueva etapa de la ofensiva con el objetivo de vengarse fracasen”, aseveró el mandatario de Ucrania en su mensaje vespertino a la población del país.
Zelensky señaló a una coalición de tanques, en la que espera que se involucren “tantos países como sea posible”, para tener éxito en el campo de batalla frente a Rusia.
Así, recalcó la urgencia de que los Estados que decidan colaborar con Ucrania proporcionen lo que puedan. “Algunos países pueden proporcionar capacitación, algunos pueden proporcionar municiones. Necesitamos trabajar juntos”, remarcó el presidente de Ucrania.
En este sentido, advirtió del peligro de los intentos de Rusia de lograr el éxito en la guerra con ayuda de mercenarios del grupo privado armado Wagner, motivo por el que urgió a sus aliados el abastecimiento de carros armados.
“Todos los días tienen nuevos grupos de soldados de personal, o vemos un aumento en el número de ‘wagnerianos’. Toda esta información fue procesada por nuestro Ejército. Y el pedido a los socios de fortalecer nuestras Fuerzas Armadas se basó en esta información”, sostuvo Zelensky.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos Joe Biden dijo este lunes que no enviará aviones caza F-16 a Ucrania para ayudar en su guerra contra la invasión rusa.
“No”, respondió el mandatario al ser consultado por periodistas en la Casa Blanca si estaba a favor de enviar esos aviones, que según los dirigentes ucranianos, encabezan su última lista de armas deseadas.
Luego de serias divisiones, las naciones occidentales finalmente acordaron la semana pasada enviar modernos tanques con estándares de la OTAN, una de las armas más poderosas de sus ejércitos convencionales.
La mejora en el apoyo militar avivó la esperanza de Kiev de comenzar a recibir pronto aviones caza F-16 para reforzar su disminuida fuerza aérea, sin embargo este sigue siendo asunto de álgido debate en Occidente.
El refuerzo de las Fuerzas Aéreas de Ucrania con aviones de combate de cuarta generación como los F16 estadounidenses se ha convertido en una tarea prioritaria del presidente, Volodimir Zelensky, que el pasado 26 de enero en su habitual discurso nocturno recalcó que “la agresión rusa puede y debe ser detenida con armamento adecuado”.
Cuando se asoma el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, hay expectativas crecientes de que Biden viaje a Europa como muestra de apoyo para la alianza que respalda a Ucrania.
Polonia está en el corazón del esfuerzo occidental como centro logístico, proveedor de armas y aliado estadounidense clave en Europa del Este.
“Estaré yendo a Polonia, aunque no sé cuando”, dijo Biden a los periodistas al ser preguntado por una eventual visita.
(Con información de AFP y EFE)
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