El Gobierno japonés aseguró este lunes que el vertido de agua tratada de la central nuclear de Fukushima Daiichi “es seguro” y que el Ejecutivo está llevando a cabo el proceso con la mayor transparencia.
“El Gobierno ha compartido la información con transparencia y no tiene ninguna intención de descargar agua en el mar que no sea segura”, afirmó este lunes un funcionario del Gobierno nipón en una sesión informativa a la prensa extranjera en el país.
La respuesta del Ejecutivo se produce después de que aprobó a principios de enero un plan revisado para verter en los próximos meses al Pacífico el agua contaminada y tratada que se acumula en la accidentada central de Fukushima.
Un responsable del Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) aseguró que “ha habido éxito en la reducción de la concentración de sustancias radioactivas usando el sistema ALPS, pero hay ocasiones en las que, tras este tratamiento, el porcentaje de concentración estaba por encima del reglamento”.
Según dicha fuente, esto se hubiera producido justo tras el lanzamiento de dicho sistema o justo al principio de las operaciones, cuando el principal objetivo era reducir la exposición de los ciudadanos a las aguas contaminadas
El agua altamente contaminada que genera la planta se procesa en circuitos llamados ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos) para retirar 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio, y vuelve a almacenarse en bidones antes de su descarga al mar.
El METI insistió en que el tritio, en concentraciones bajas, se encuentra presente en la naturaleza, como en el agua del grifo, la lluvia y el cuerpo humano y que los niveles de este elemento que se verterán al mar serán cuarenta veces inferiores al tope legal establecido por el Gobierno de Japón para el agua potable.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) señaló también el pasado 20 de enero que el vertido al mar de este agua se basará “en los más altos estándares internacionales de seguridad”, ante la inquietud de los países vecinos.
En este sentido, el METI señaló que se han llevado a cabo más de 100 sesiones de formación y diálogos con países vecinos como Corea del Sur y China y que “planean seguir haciéndolo en los próximos meses”.
Los sistemas de enfriamiento de la planta de Fukushima se vieron desbordados en 2011 cuando un potente terremoto submarino provocó un tsunami que causó el peor accidente nuclear desde Chernóbil.
El sitio generó 100 metros cúbicos de agua contaminada por día entre abril y noviembre del año pasado, una combinación de aguas del suelo, marina y lluvia que se mezclaron con el agua de enfriamiento.
El líquido es filtrado para eliminar radionúclidos y trasladada a tanques de almacenamiento, que ya acumulan más de 1,3 millones de metros cúbicos y el espacio se agota.
(Con información de EFE)
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